Ten, el canal sin bioalcohol, se ha sumado, tarde y mal, a emitir por televisión Ni que fuéramos Shhh, el spin off de Sálvame que hasta ahora solo se podía seguir por internet. El movimiento ha permitido a un canal de tercera división (1,1% de cuota en mayo) que hace tiempo que emite una parrilla enlatada y sin producción propia, volver a los titulares de la prensa. La pregunta, claro, es por qué los directivos de este canal no se anotaron un buen tanto al apostar desde el principio por el formato de Belén Esteban y María Patiño y con un plató más grande que un cuarto trastero.

En cualquier caso, hay que reconocer que el canal que sueña con estar ubicado en el 10 del mando a distancia, ha sorprendido con esta apuesta, no solo por lo tarde que lo ha hecho sino por el cambio de rumbo que supone para su programación, monopolizada por Caso Cerrado, versión estadounidense de aquel Veredicto con juicios de palo y actores sobreactuados que presentó Ana Rosa hace 30 años y replicó Barneda hace una década.

Aunque hayan llegado tarde a la fiesta postSálvame, es una buena noticia para la gente mayor que no sabía cómo ver a Patiño y los suyos Youtube o Twitch, pero precisamente por llegar tarde les ha dado tiempo a otros muchos a aprender y acostumbrarse a ver un programa sin anuncios en Youtube mientras que en Ten son cada vez más y más largos los cortes publicitarios, lo que les ha llevado a caer en audiencia tras un prometedor arranque y a trocear el programa que cualquier día se llamará Ni que fuéramos de naranja, limón, banana, tomate, sandía… o de las frutas y verduras que se quedaron sin usar en la otra cadena.

En el seguidismo de Ten al hacer lo mismo que ya se veía en Youtube, y a la misma hora, han dejado escapar (al menos de momento) un resumen del programa para el late-night y los fines de semana (donde literalmente no hay nada en la tele) que elimine los muchos tiempos muertos del directo y, de paso, abra una ventana a aquellos que por la tarde no pueden verlo. Una versión que silencie los gritos y regañinas de Valldeperas, su director, sería un buen gancho para verlo. Qué cansino se hace el hombre, ¿para qué cree que están los pinganillos?

De momento, lo que hemos visto es que el programa interesa más a su audiencia cuando hablan de las rencillas con “la cadena de enfrente” y airean los trapos sucios de sus programas, que cuando dan la tabarra con los famosillos de siempre que nadie que no viera Tele 5 conoce. En cualquier caso, a nadie se le escapa que Ni que fuéramos… es la respuesta al desalojo de la nueva Mediaset y a no haber renovado por Netflix y la competencia, si quisiera, tiene tan fácil desmontarlo como poner un contrato en la mesa a Patiño, Belén Esteban y a todo el que vaya ocupando su puesto. De hecho, cuesta creer que esta aventura aspire a algo más que ser banquillo para salir a jugar en otro campo.