Los derechos de otros
En la semana del Orgullo, me parecen de una torpeza supina las declaraciones de la atleta Ana Peleteiro sobre los deportistas trans: “En atletismo, la mujer que más salta son 15 metros y pico y el hombre 18 metros y pico. Se deben abrir las puertas a las personas trans, pero en el deporte no profesional”. Creo que hay que analizar y, en su caso, decidir si es necesaria una separación por categorías en base a estudios médicos y científicos. Está claro que también el deporte se tendrá que adaptar a esta nueva realidad pero, por desgracia, Peleteiro -que es una gran deportista y no rehúye temas polémicos- se la ha dejado botando a quienes atacan la bandera arcoíris.
Un pequeño respiro
Llevamos tanto inmersos en tal escalada de encarecimiento generalizado, que corremos el riesgo de estar anestesiados para cuando empiece a aflojar. Y parece que siguen los indicios: “El IPC baja del 2% por primera vez desde el inicio de la crisis inflacionista” (20 Minutos). No es para echar cohetes, porque la subyacente (que al fin y al cabo es la que notamos en nuestros bolsillos) sigue instalada en el entorno del 6%. Pero no es menos cierto tampoco que estamos volviendo a niveles que no veíamos desde hace…¡Dos años! Esto significa que empezamos a recuperar una pequeña parte del poder adquisitivo perdido. Un pequeño respiro.
Creo que no se lía en absoluto
La campaña es lo que tiene, que vas a la tele a hablar de tu libro pero te arriesgas a quedar en evidencia. Y no porque tu mensaje no haya quedado claro, sino porque se te vea el plumero demasiado. No comparto el titular de El Periódico sobre Alberto Núñez Feijóo en El Hormiguero: “Feijóo dice que Igualdad dependerá de él y se lía con la ley trans, el aborto y la eutanasia”. No veo ningún lío, simplemente dijo lo que piensa: que si una menor quiere tener el bebé no habrá problema, pero si quiere abortar y su familia se opone, un juez decidirá por ella. Pretenden imponer sus criterios medievales en cuerpos ajenos, y sin sonrojarse.
Capítulo aparte, la eutanasia
Que quien aspira a ser el próximo presidente español crea que alguien que solicita la eutanasia voluntariamente después pueda tener dudas es, sencillamente, un insulto a la inteligencia. Me pregunto si el señor Feijóo conocerá el caso de Maribel Tellaetxe, que falleció pidiendo la despenalización de la eutanasia. Había pedido que la ayudaran a morir cuando no reconociese a los suyos -tenía alzheimer-. No se lo permitieron. Pero no nos engañemos. Como señala Javier Padilla, Feijóo compara intencionadamente una de las decisiones más duras de la vida con la sedación a un familiar terminal. Solo espero que nadie compre este discurso.
Regular, pero sólo a ratos
Dos noticias se entienden mejor juntas. Sobre todo con políticos que juegan con nosotros a un juego de trileros en el que vamos tras la bolita mientras nos levantan la cartera. El PP quiere aplicar un “apagón” de redes sociales para los menores (Genbeta), para protegerlos de los peligros de la red. Y, aunque faltaría por ver cómo pretenden hacerlo, está muy bien (a priori). Pero resulta que el mismo partido ha aprobado en Galicia una ley de juego que permitirá a los menores jugar en bares (El Plural), sabiendo que hablamos de algo igual de peligroso y que abre la puerta a adicciones. Si quieren proteger es, cuanto menos, difícil de explicar.