En este siglo XXI no debería ser el de un intento de abrir las heridas de un pasado oscuro. La sociedad española contribuyó a que Franco gobernara durante casi cuatro décadas y el Generalísimo, debemos recordar, murió en la cama. Es patética la medida de hacer desaparecer la simbología que no gusta a una parte de la sociedad, abriendo un debate estéril que sólo responde a querer sembrar enfrentamientos. Además de no responder a las verdaderas necesidades que demandan los ciudadanos.
- Multimedia
- Servicios
- Participación