Ya conocemos los del Ayuntamiento de Gasteiz, los del Gobierno Vasco y tenemos algunas pistas de los que llegarán desde Diputación. Es época de presupuestos. Ya sé, querido lector, que a usted el tema cultureta le trae un poco al pairo, pero como a un servidor le pagan por ser el jefe de la cosa en este periódico, qué quiere que le diga, me siento en la obligación de hablar de vez en cuando de ella. ¿El análisis?... pues como siempre, vamos. No, no me entienda mal. Buenas intenciones las hay. Veremos si, de verdad, se hacen realidad los planes estratégicos anunciados para el territorio y su capital, que en esto, como Santo Tomás, oiga, ver para creer. Pero, por lo demás, que si no hay dinero, que si no tengo recursos... que si la abuela fuma, para entendernos. Eso sí, lo que empieza a ser sangrante es lo de Lakua. En las anteriores legislaturas la cosa ya iba cuesta abajo con la excusa de que aquí hay menos habitantes, que la inversión es proporcional y esas tonterías, hasta que llegó Patxi López a Ajuria Enea y con él dos alaveses a la consejería de Cultura, que dedicaron más tiempo oficial a estar en París que a trabajar por Álava. Claro que siempre hay alguien que se empeña en demostrar que se puede caer más bajo -aunque sea sólo un poquito- y parece que en esas estamos para 2016.