Escribía el otro día sobre los nervios desatados por los rumores sobre el último CIS en la Villa y Corte. “El puchero hierve”, les decía a propósito de los augurios sobre el avance de Podemos. Pues bien, creo que me quedé corta. ¿Recuerdan el tiempo premicroondas, cuando calentábamos la leche del desayuno en cazo? Creo que podemos decir que en algunos despachos el olor a leche requemada sobre la placa lo ha invadido todo. He leído por ahí que Pablo Iglesias es un seguidor de Juego de Tronos y que incluso ha firmado análisis políticos en torno a la saga. No es la primera vez que recomiendo a cualquier aspirante a político que adopte la trilogía de El Padrino como manual de cabecera y que se tatúe algunos pasajes de El arte de la guerra y/o El Príncipe -importante, no hablamos de la serie de televisión- si quiere salir adelante. Así que creo que bien podríamos aceptar que la historia de los Stark, Lannister y compañía podría convertirse en el manual del político superviviente 4.0. Lo digo por igualar un poco la pelea. Porque no sé si Podemos son regeneración, peligrosos marxistas leninistas, frikis como dijo Pedro Arriola, idealistas bienintencionados... o, como he oído a alguien, versión reloaded del PSOE Suresnes-1982. Pero son bastante mejores estrategas que la media de sus contrincantes.
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