ESTAMOS viviendo una crisis triple crisis, económica, social y política. La económica está siendo muy dura. La peor de los últimos 90 años a nivel internacional, pero que está afectando fuertemente a nuestro país, a España, y sobre todo a los ciudadanos más débiles. Solo hay que ver las tasas de paro, (la última, el dato del mes de febrero, con más de 5 millones de parados), la destrucción de puestos de trabajo diarios, cierre de empresas constantes, que afectan a muchos hombres y mujeres con un estado de cansancio y resignación cada vez mayor, porque no ven la salida. Todo eso unido, a su vez, a una fuga de jóvenes que se van al exterior, altamente preparados, impacientes por encontrar un porvenir? Puede parecer atrevido, pero creo sinceramente que si la mitad de las decisiones económicas las hubieran tomado muchas mujeres, no estaríamos como estamos.
Escuché unas palabras de la escritora Luisa Etxenike que me hicieron pensar. Ella decía: Imaginaos por un momento que estáis en un patio de colegio. Recordad vuestra infancia, un recreo a las 11 de la mañana: los chicos juegan al fútbol, ocupando todo el espacio del patio, las chicas en grupo, sentadas en un rincón. Esa imagen de vuestra infancia, de hace 40, 30, 20, 10 años, sigue siendo la misma que en un patio de recreo de hoy.
Y es que la educación juega un papel vital en la construcción de una sociedad igualitaria. Es verdad que las mujeres hemos avanzado mucho en el ámbito educativo -el 54% de los estudiantes universitarios son mujeres, cuando la media europea es el 55,5%-, pero se nos tiene que dejar llegar hasta el final.
Pero no se escapa la tercera crisis, que está en el ámbito político e institucional. La democracia no consiste en contar, sino en que cada uno de los ciudadanos sea tenido en cuenta. Estamos viviendo un descrédito brutal hacia la política, hacia los políticos, hacia las instituciones. Todo esto porque, a pesar de 34 años con una Constitución, somos una democracia joven. Por eso los partidos políticos, tienen que ser más transparentes, más permeables al debate y más participativos. Y lo mismo le ocurre a las instituciones. Hay 20 millones de españoles entre 18 y 51 años que no votaron la Constitución de 1978 y quieren sentirse partícipes en la toma de decisiones.
Es importante que seamos valientes, y las mujeres de este país hemos demostrado con creces esa valentía. Estamos capacitadas en todos los ámbitos para hacer que el tránsito a la nueva etapa sea ahora el correcto. No hay soluciones fáciles para situaciones difíciles como esta. Por eso creo que las mujeres tenemos un papel fundamental en el momento que vivimos.