vivimos en tiempos en que todo el mundo -destacando la clase política- quiere la paz, la solidaridad, la sostenibilidad, la libertad y demás. El abuso de su utilización ha conseguido, además de vaciar sus significados y convertirse en un discurso que suena bien pero cada vez dice menos, el hartazgo y escepticismo de gran parte de la población. La defensa de la cultura es también de las preferidas en cualquier discurso que se precie. Por lo que he de reconocer que en principio uno duda de si se aporta algo escribiendo un artículo de opinión sobre el tema, pero el continuo ninguneo y desinterés por el tejido cultural que ya sin disimulos muestra el PP tanto en Diputación como en el Ayuntamiento gasteiztarra hace necesario una denuncia clara y firme por nuestra parte.
Esta crisis que nos golpea ya a todos y todas, también ha conseguido que ante la reducción de los ingresos y vía recortes, los gobiernos se hayan desnudado a la hora de marcar sus prioridades, es decir, qué es lo realmente importante y que lo prescindible y desechable. Y ya no hay duda de que para nuestros dirigentes actuales, la cultura está en el grupo de lo superfluo. Son ya muchos los ejemplos.
Para empezar, recordemos que en el presupuesto municipal para el 2012 el PP redujo en torno a un 50% el gasto en el área de cultura, a pesar de que la reducción global presupuestaria era del 12%. Esto supuso la desaparición de un buen número de convenios y un duro golpe para bastantes trabajadores de la cultura, la mayoría relacionados con las artes escénicas y la música. No podemos olvidar tampoco el monumento al sinsentido llamado Krea, proyecto de la Vital Kutxa del que el Ayuntamiento es coparticipe, pensado como un icono de la cultura y tirado a la basura antes de la inauguración tras gastarse 18 millones de euros; lo ocurrido con el Mendi Film Festival, que se ha desplazado a Bilbao por el desinterés de Diputación y Ayuntamiento; el recientemente anunciado drástico recorte en Montehermoso o la supresión del programa Gauekoak dirigido a la juventud con la implicación de una amplia red de artistas locales, que presagian más de lo mismo para 2013.
Sin embargo, tan preocupante como los recortes han sido las justificaciones y argumentos que la responsable de Cultura, Encina Serrano, nos ha regalado cada vez que han metido las tijeras. La cultura es una forma de ver el mundo y de transmitir pensamiento, y la del PP es de manual: el mercado manda. Sin disimulos, ha apostado por la cultura espectáculo, la de los flashes y alfombras rojas. En el último presupuesto sólo subieron las partidas dedicadas al Azkena Rock y al festival de televisión dedicado a la autopromoción y desfiles del famoseo.
Ha repetido en varias ocasiones que la cultura debe ser rentable económica y cuantitativamente, olvidándose de la rentabilidad social y cualitativa. Se potencia la cultura para ser consumida de forma pasiva, despreciando la cultura participativa, el trabajo en red y la creación. Además de la mínima relación existente con la red cultural local, es muy preocupante que en sus declaraciones apele a la voluntariedad al referirse a los trabajadores, a trabajar por amor al arte o a que busquen patrocinadores privados, atacando de esta forma la dignidad de los profesionales del sector y creando incertidumbre, desmotivación y angustia en el colectivo.
Por último la cultura vasca sigue asociándose a lo folklórico, desconociendo la creciente producción desarrollada en euskara en literatura, las artes escénicas, la producción audiovisual y musical, que siguen sin tener el trato y lugar que se merecen.
Ante esta situación desoladora, Bildu Gasteiz hace tres propuestas que presentaremos en el próximo Pleno. En primer lugar, crear una mesa de la cultura en la mayor brevedad posible. Un canal constante de comunicación entre la red local de artistas y las instituciones con el objetivo de trazar una planificación cultural efectiva. Y junto a esto, potenciar el modelo de cogestión popular o de iniciativa público-social. En segundo lugar, redactar un plan de gestión de espacios y recursos culturales del municipio. El Ayuntamiento debe recopilar en un mismo documento público todos los espacios y revisar y flexibilizar el acceso a ellos para permitir a los agentes culturales un mayor y aprovechamiento. Y en tercer lugar, activar inmediatamente Montehermoso y Krea. En este último caso, el Ayuntamiento, como socio fundador, debe exigir a Kutxabank que de una vez abra la instalación. Si no es en su totalidad dada la actual coyuntura económica, que abra algunos de los espacios o módulos. Es posible porque están diseñados como cinco espacios independientes. Para exigir la apertura de Krea hemos pedido la comparecencia del presidente de Vital Kutxa en la comisión de Cultura.