Austria cuenta desde el pasado lunes con un gobierno en el que se sienta un partido ultraderechista, tras el pacto cerrado entre el conservador Partido Popular (ÖVP) y los ultraderechistas eurocríticos del FPÖ.

Cierto es que todavía es de los pocos casos en la UE, pero su participación en el Ejecutivo vuelve a mostrar cómo la ideología de los partidos ultras antieuropeístas y la antiinmigratorios se están infiltrando en la sociedad europea. Sobre todo, en algunos países de Europa central y del Este, que se unieron a la Unión Europea en 2004 y que son los que, en los últimos meses, están haciendo de la “defensa” de la frontera exterior de la Unión Europea un motivo de propaganda electoral. De hecho, también esta semana la Comisión Europea ha iniciado los trámites para quitar el voto a Polonia por no respetar la separación de poderes tras la última reforma de su controvertido presidente.