Londres - Bajo el nuevo liderazgo del izquierdista Jeremy Corbyn, el Partido Laborista británico abrió ayer en Brighton su congreso anual con el objetivo de redefinir su futuro tras la derrota en las elecciones del pasado mayo. Las bases llegaron al centro de conferencias para tomar parte de intensos debates, centrados en la nueva dirección que tomará la formación a raíz de la elección este mes del veterano diputado, que propone políticas radicales para conseguir el crecimiento económico, disminuir los niveles de pobreza del Reino Unido y en materia de defensa y de la política exterior. Corbyn ha anticipado que quiere una mayor participación de las bases a la hora de redactar las propuestas políticas de la formación y que está decidido a ganar los próximos comicios de 2020.

El nuevo jefe del primer partido de la oposición británica se enfrenta a un visible descontento del ala más moderada de la formación -integrada principalmente por el grupo parlamentario-, que teme que sus políticas pueden condenar al Laborismo a permanecer décadas en la oposición. En declaraciones al dominical The Observer, el líder, de 66 años, aseguró que espera convencer en los próximos cuatro días del congreso, “incluso a aquellos que no son votantes laboristas”, que él ofrece “algo muy distinto”, más políticas de inversiones en infraestructuras en vez de medidas de austeridad. - V. García