París. El expresidente francés Nicolas Sarkozy vio ayer cómo su horizonte político se despejaba después de que se abandonaran los cargos en su contra en el caso Bettencourt, el presunto abuso de debilidad de la anciana heredera de L'Oréal para financiar su campaña a las presidenciales de 2007. Los jueces instructores Jean-Michel Gentil y Valérie Noël, que el pasado 21 de marzo imputaron a Sarkozy un delito de abuso de debilidad de la anciana Lilianne Bettencourt, decidieron no seguir adelante con la acusación y no llevarle ante el Tribunal Correccional de Burdeos, que juzgará el caso el año próximo, según los diarios Sud-Ouest y Le Monde.

Convencidos en sus autos previos de que el expresidente era el cerebro de una trama destinada a obtener de la mujer más rica de Francia dinero para su campaña, los magistrados han cambiado de parecer al considerar "muy débiles" las pruebas contra Sarkozy, según las fuentes. La decisión se produce algo más de dos semanas después de que el Tribunal de Apelación de Burdeos confirmara la imputación de Sarkozy y sin dejar tiempo a que el Supremo se pronunciara sobre el recurso antepuesto por sus abogados. Gentil y Noël mantienen la acusación contra diez de los otros once imputados por haber abusado de la demencia senil de Liliane Bettencourt, pero no han podido determinar que el dinero obtenido fuera a parar a la campaña de Sarkozy, ni que el expresidente participara en la trama.

Los indicios que motivaron su imputación en marzo no han podido traducirse en cargos, por lo que los magistrados creen que no hay materia para sentarle en el banquillo de los acusados. Algo que no sucede con el que fuera tesorero de la campaña de Sarkozy en 2007, Eric Woerth, presunto receptor de los fondos de Bettencourt a través del administrador de su fortuna, Patrice de Maistre. También se sentarán en el banquillo el empresario Stéphane Courbit y el fotógrafo François-Marie Banier, allegados de la anciana multimillonaria. Los jueces consideran que, entre 2007 y 2009, De Maistre efectuó a Woerth siete pagos en metálico, por un total de cuatro millones de euros, procedentes de las cuentas suizas de Bettencourt.

Entre tanto, los magistrados investigaban una serie de reuniones de Sarkozy con los otros imputados en las fechas en las que se produjeron los pagos, y dos con la anciana millonaria, el 10 y el 24 de febrero de 2007, según el testimonio de los empleados domésticos de la casa. Todo ello, llevó a pensar a los jueces que Sarkozy estaba detrás del entramado, pero no han logrado demostrarlo. Con esta decisión judicial, Sarkozy queda liberado de la principal carga que pesaba sobre su retorno a la vida política, que abandonó tras ser derrotado en las presidenciales de 2012 por el actual jefe del Estado, François Hollande. Según la exministra Nadine Morano, cercana a Sarkozy, las acusaciones contra el expresidente eran "grotescas y ridículas" .