Las gasolineras son, en teoría, uno de los lugares más seguros que hay. Sin embargo, no hay que bajar la guardia, pues también implica algunos peligros. Sobre todo en los últimos tiempos, a raíz de una estafa que ha ido a más y que se vale de los despistes de los conductores que solo querían repostar. 

Se trata de un fraude conocido como el timo del surtidor y que ha puesto en alerta a muchas estaciones de servicio, donde los estafadores campan a sus anchas y se aprovechan de la inocencia de sus víctimas.

¿Cómo actúan los estafadores?

Para entender cómo funciona esta estafa del surtidor, hay que situarse en una gasolinera cualquiera. Un desconocido se acerca a su víctima y le pide pagar una pequeña cantidad de combustible con la tarjeta de este, prometiéndole devolverle el dinero en metálico

La persona estafada recibe el dinero que ha gastado y se va, totalmente convencida de haber ayudado a este timador. Pero las consecuencias no van a tardar en llegar, para desgracia de este. 

Una persona reposta combustible en una gasolinera. Freepik

La verdadera estafa

Entonces, el estafador coloca intencionalmente el surtidor para no terminar de repostar. Cuando la víctima se va, este sigue llenando el depósito de su propio coche hasta cifras desorbitadas que luego deberá pagar con la tarjeta. 

Lo peor de todo es que la víctima no es consciente de este fraude, enterándose horas más tarde tras mirar en su cuenta corriente y darse cuenta de que ha pagado el depósito entero de un extraño en la gasolinera. 

Un hombre reposta en una gasolinera Freepik

Las gasolineras, en el punto de mira 

El motivo de elegir las gasolineras para llevar a cabo esta estafa es porque son lugares de paso, donde muchas personas pasan a repostar. Por no hablar de que apenas hay vigilancia y los conductores van con prisa en estos lugares. 

En estos días de verano, los defraudadores saben que muchas familias pasan a repostar a estas estaciones de servicio antes de llegar a su destino de vacaciones. Por lo tanto, los estafadores aprovechan esta ocasión para intentar sacar todo el dinero posible a sus víctimas.

Una señal que avisa de una gasolinera. Freepik

¿Cómo no caer en la trampa?

La mejor manera para no caer en esta estafa es estar atento en todo momento a lo que sucede en su entorno. Para ser más exactos, no fiarse de los desconocidos, porque ningún conductor está obligado a pagarle la gasolina del coche a otro, por mucha promesa que haya de por medio. 

Asimismo, es fundamental asegurarse de que haya otras personas alrededor para que, en el supuesto de que la situación termine en un conflicto, estas pudieran ayudar a la víctima, y más si todo termina en agresión o robo.

Otro aspecto importante es comprobar que el surtidor se ha detenido totalmente y que el pago se ha hecho correctamente antes de marchar del lugar. Por eso mismo, hay que pedir siempre el recibo del pago para no perder ningún detalle. 

En caso de notar algo extraño, se debe ir inmediatamente al personal de la gasolinera y contar todo lo ocurrido. En última instancia, se debe que contactar con el banco del que se sea titular y llamar a la policía para denunciar los hechos.