LA hibridación va ganando enteros como alternativa inmediata a los motores térmicos convencionales. Jaguar también apuesta por esta solución de compromiso y plasma sus conclusiones en una hipótesis con fisonomía de superdeportivo.La marca británica aplica sus avances en este campo de la ingeniería en una versión híbrida del C-X75, el espectacular prototipo desvelado en 2010. Ahora, el sugestivo coupé biplaza, que jamás se producirá en serie, equipa un sistema de impulsión mestizo que compagina el esfuerzo paralelo de un motor de gasolina y dos eléctricos cuya combinación aporta 850 caballos. ¿Quién da más? Con ese rendimiento conjunto, este automóvil experimental se convierte en el más potente de su índole. La fórmula utilizada compagina una mecánica térmica de cuatro cilindros y 1,6 litros provista de doble turbocompresor, que suministra 502 CV, con dos unidades eléctricas enchufables que procuran 390 adicionales. La energía conjunta se transmite a las cuatro ruedas con ayuda de un cambio manual robotizado de siete relaciones. Esta creación empírica sería capaz de alcanzar na velocidad máxima de 354 km/h y de catapultarse hasta 160 km/h en seis segundos. Tales registros requieren una estudiada aerodinámica, que incluye elementos activos, un alerón posterior y un diseño de bajos que garanticen sus evoluciones. El constructor asevera que esta máquina, cuya tecnología sí llegará a los coches de calle, limitaría su impacto medioambiental a 89 gramos por kilómetro de dióxido de carbono. En principio, este sistema de propulsión híbrida garantiza l C-X75 una autonomía en modo eléctrico, con emisiones de CO2 nulas, de sesenta kilómetros