BILBAO. Fundador y alma máter de uno de los principales grupos vascos de automoción, Luis Uriona es un emprendedor incasable que encara marejadas aferrado al timón para no perder el rumbo. Proclive por su temperamento a aceptar retos, dice que ahora toca "aguantar un par de años" hasta que escampe esta crisis. Pero no por ello deja de hacer planes para cuando lleguen esos momentos más propicios - "hay cosas, sí, hay proyectos" - ni elude compromisos. Uno de ellos lo contrajo hace un cuarto de siglo con Jaguar al crear Laum, SL; desde hace seis años preside Acojaguar, la asociación que integra a los concesionarios de la casa británica. El cargo le convierte en una suerte de mediador-portavoz dedicado a velar por los intereses del colectivo de distribuidores ante la marca.
Luis Antonio Ruiz, Presidente de Jaguar, auguraba hace pocos días un crecimiento del 5 al 10% para la compañía este año. ¿Se confirma, por tanto, que las marcas Premium soportan mejor la crisis?
No quiero contradecir al Presidente, ojalá acierte, pero yo no soy tan optimista tal y como va el mercado, que al final rondará las setecientas mil unidades con PIVE incluido. La crisis afecta a las marcas de prestigio, a las generalistas, a los concesionarios y a los clientes. Pero sí es cierto que hay un pequeño sector de público con alto poder adquisitivo que, cuando decide comprar coche, apuesta por firmas Premium. Nosotros no podemos quejarnos: tenemos un excelente producto, una clientela fiel y contamos con total apoyo de la marca. Gracias a ella acabamos de ofrecer cuarenta unidades de la Edición Especial del Jaguar XF -con motor diésel de 200 CV y equipamiento especial- por 36.900 euros (su precio oficial es 49.000 euros) y nos las han quitado de las manos.
Jaguar está desarrollando una gama cada vez más completa y apuesta por la innovación tecnológica, pero no renuncia a sus señas de identidad deportivas.
Jaguar está viviendo una auténtica revolución tecnológica que revaloriza aún más su imagen de marca. Ofrece diseño e ingeniería. Por ejemplo, es líder en el empleo de aluminio en la fabricación. Pero esa evolución, ese progreso, no puede olvidar los valores tradicionales de la marca, que históricamente ha apostado por la calidad, la fiabilidad y un estilo señorial con temperamento deportivo. Por eso, comprar un Jaguar siempre ha significado algo más que comprar un coche. El reto para el futuro es abrirse hacia otros segmentos del mercado.
¿La asignatura pendiente es conquistar público más joven?
Claro. A algunos clientes tradicionales quizá les está costando aceptar el nuevo estilo, pero con él se pretende un acercamiento a clientes más jóvenes. Para conseguirlo será decisiva la aportación de nuevos productos, como el F-Type, y de futuros lanzamientos,