Veo a ese póquer de ases que tiene en este momento al mundo en sus puños, veo a Donald Trump, Vladímir Putin, Benjamin Netanyahu y Alí Jamenei, y me vienen dos cosas a la mente. Primero, que no podemos escudarnos en que nos engañaron, si algo tienen en común es una transparencia autócrata que se ve venir a años luz. Segundo, 1984. “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud y la ignorancia es la fuerza”. Joder, Orwell escribió en 1949 nuestro presente. “La idea de que se está en guerra, y por tanto en peligro, hace que la entrega de todo el poder a una reducida casta parezca la condición natural e inevitable para sobrevivir”, escribió Orwell.

Escribió mucho más, por supuesto, y recomiendo vivamente su lectura para contextualizar la cita. Pero mucho de esa entrega casi ciega de poder hay en lo que nuestro mundo está viviendo. En cómo y por qué, por ejemplo, Netanyahu se ha mantenido en el poder mientras arrasaba Gaza justo cuando vivía un momento de palmaria debilidad política interna. En cómo recupera la Casa Blanca Trump tras alimentar la locomotora de un intento de golpe de Estado el 6 de enero de 2021. La realidad es compleja, plagada de aristas y de grises; las lecturas someras como esta se quedan muy cortas. Pero qué miedo da esa realidad.