Drama, pero drama, drama. ¿El apagón masivo? ¿Un ciclo sobre Eurípides? ¿La guerra de aranceles? No, por supuesto que no. La Oreja de Van Gogh. Ni la suculenta reconciliación de Oasis ha dado para tanto entre las más recientes dramaturgias musicales. El último capítulo de este culebrón lo ha protagonizado involuntariamente la actriz Cayetana Guillén Cuervo, amiga de Amaia Montero, que en un desliz pareció confirmar que la cantante volverá a la banda guipuzcoana. Big drama, porque Montero, cuentan las crónicas, ha respondido dejando de seguir a Guillén Cuervo en Instagram; un unfollow de libro, que en nuestros días viene a ser como una declaración de guerra. Este serial tuvo su auténtico giro narrativo cuando en octubre la banda hizo público un comunicado en el que anunció que su camino y el de su hasta ese momento vocalista Leire Martínez se separaban. Claro, cómo no, desde ese instante se desató una auténtica batalla pública, Leire vs. Amaia, Amaia vs. Leire, dos mujeres frente a frente, aunque aún no tengo demasiado claro por qué nos empeñamos en enfrentarlas; mientras, la banda –ellos, por cierto– fuera del foco. Guillén Cuervo publicó a las horas una carta pidiendo disculpas. Continuará. Seguro.
