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Mesa de Redacción

César Martín

Villosa

Ufff... Sí. Lo entiendo. Esta no es una forma muy académica de iniciar ninguna pieza informativa o de opinión que se precie de serlo en un periódico que se considere como tal. Pero el caso es que creo que la situación no merece otro prólogo. No en vano, una de las referencias industriales históricas del valle de Ayala y, por lo tanto, de Álava, anunció ayer su cierre. Guardian Glass, la antigua Villosa (Vidrieras de Llodio), deja sin trabajo a una plantilla de casi 180 trabajadores y a Llodio sin la actividad de una factoría creada en 1934 por Isidoro, el cabeza de la familia Delclaux, uno de los apellidos más sonoros ligados al desarrollo fabril, y en concreto, vidriero, del territorio histórico. En su época gloriosa de la década de los 70 del pasado siglo, justo antes de la crisis del petróleo, llegó a concentrar hasta a 1.500 trabajadores, a los que facilitaba, entre otras bondades de un capitalismo ya inexistente, viviendas. Pero todo eso es ya historia, o, para ser exactos, va camino de serlo en unos meses para desgracia, sobre todo, de los obreros que se quedan sin modus vivendi y de sus familias. Por desgracia, la realidad económica supera cualquier otra consideración a la que poder aferrarse para salvar una firma histórica, cuyo capital, norteamericano, ha dicho basta.