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Mesa de Redacción

Borja Mallo

La puñetera hora, otra vez

Ya nos han vuelto a cambiar la hora y, con el añadido de sesenta minutos más en la anterior madrugada, nos metemos de lleno en los cinco meses en los que rige el patrón invernal. Esto del cambio horario, que en su momento se puso en marcha por un supuesto ahorro energético del que ya todo el mundo duda, era una cuestión que la Unión Europea iba a abordar para, mediante estudios cualificados, determinar si seguía teniendo sentido o se eliminaba definitivamente. Fue por 2018 cuando se puso sobre la mesa, pero, imagino que algunos euros gastados mediante, aquí seguimos con las manecillas para adelante y para atrás. Y, a lo que parece, al menos durante dos años más, pues en el BOE tenemos publicados los cambios hasta estas mismas fechas de 2026. Mientras tanto, cada vez más estudios que tienen la cronobiología como base señalan que esto de cambiar de hora es claramente perjudicial para la salud de muchas personas. Hora va siendo ya de hacer caso a quienes saben de esto y fijar los relojes definitivamente. Aunque no me quiero imaginar el debate que se puede generar cuando pretendamos determinar si somos de invierno –el que debe ser científicamente para aprovechar mejor las horas de luz– o de verano, el que le gusta al pueblo.