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Mesa de Redacción

Oscar San Martín

Sofocones al volante

No es la primera vez que alzo la voz en estas líneas contra lo insoportable en que se ha convertido coger el coche en Vitoria. Entre los semáforos sin ningún sentido que ralentizan el tráfico, algunas rotondas concebidas por un enemigo en las que uno ya no sabe a ciencia cierta quién tiene la prioridad y las maratonianas esperas provocadas por el tranvía o el BEI, cada vez produce más pereza eso de ponerse al volante. Claro que tampoco lo ponen fácil ciertos conductores, por lo que los sofocones van in crescendo. Las pesadillas vividas durante mi luna de miel en Italia hace más de una década se están viendo reproducidas últimamente más de la cuenta con muchos listillos siendo incapaces de respetar simplemente un ceda el paso. También podría dar para escribir un libro la actitud de algunos veteranos –sí, abuelos/as para más inri– que cruzan por mitad de la carretera sin cerciorarse del peligro o que, valientes ellos, avanzan sin rubor por el paso de peatones con el semáforo en verde. Cuando reprochas su actitud, incluso se lo toman a guasa o te sacan el dedo corazón a pasear. Para echar más leña al fuego, quedan los motoristas caraduras que se empeñan en zigzaguear para coger la posición con la circulación detenida. Vamos, una tortura.