Manual de resistencia, capítulo 536. Adelanto electoral. Algo así supongo que habrá escrito Pedro Sánchez en sus apuntes para la versión ampliada y actualizada de su célebre libro. Cierto que las urnas hace una semana no dan para que el líder socialista y todavía presidente tenga muchos motivos para la esperanza el próximo 23 de julio, pero ojo porque si de algo puede presumir Sánchez es precisamente de resistir. ¿Quién daba por él un duro aquella noche de octubre de 2016 en la que el comité federal del PSOE transmutó en obra shakespeariana para defenestrarle? Volvió, se llevó por delante al aparato de Ferraz y acabó en La Moncloa. Y aquí estamos. De salida, Sánchez ha conseguido tomar la iniciativa, cerrar el paso a las críticas internas de sus barones, achicar el infinito espacio de discusión entre Podemos y Sumar y que el PP se vea obligado a ahondar en sus equilibrios para no dejar que se visualice demasiado una alianza con Vox que le pueda perjudicar en forma de movilización del electorado de centro-izquierda y de izquierda. Igual por el camino le complica un poco las cosas a sus siglas en Navarra, por ejemplo, en la formación de gobiernos municipales y autonómico; pero París bien vale una misa. Faltan 47 días.
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