Pero qué le ha pasado a Berta Vázquez, si casi no entra en el vestido. Cómo ha podido engordar tanto. Y Sara Sálamo, otra igual, sólo se cree ella que va con la cara lavada. Fijo que algo lleva, qué mentirosa. Y lo de la ministra, esa sí que se ha pasado. Menuda pinta Ione Belarra, cómo puede una ministra vestirse con un jersey que se le marcan todos los pezones... ¡Qué vergüenza da! Son solo tres ejemplos de los comentarios a cuchillo y despectivos que todos los días aguantan muchas mujeres, sólo por su físico. Por gordas o flacas, por altas o bajas, por marcar pezones y no usar sujetador, por tener poco pecho, por tener mucho culo o por ser planas... La lista es tan larga como absurda. La sociedad nos ha manipulado a las mujeres para que terminemos odiando nuestros cuerpos. Nos ha metido en una carrera de fondo en la que nunca vamos a llegar a la meta porque todos los días hay obstáculos en nuestro camino. Y no queda ahí la cosa. Sólo a nosotras nos hacen preguntas de tan mal gusto como si vamos a ser madres y cuándo. Y si no eres madre a una edad que la sociedad considera la correcta, todos son rumores a tu alrededor. Desde los que creen que tienes algún problema hasta los que te tachan de ser una egoísta. ¡Basta ya al acoso! M8 emakumeok kalera!