Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Sara Cortés

Las noches

Ayer a la noche me fui a dormir a mi pequeñaja a su habitación. Empecé a contarle un cuento, como de costumbre, y no tardó absolutamente nada en quedarse dormida. Estaba rendida, últimamente entre el calor y la piscina está siendo muy fácil dormirle. Me quedé pensativa mirándole durante varios minutos: “Por fin se ha dormido. ¡Qué tranquilidad!” Y me dije: “Sara, otro día superado, lo has hecho bien, o al menos lo mejor que has podido”. A veces, cuando los niños están dormidos se respira paz y nos sentimos como relajadas. La verdad es que parece que empieza nuestro día, aunque nos queden como mucho un par de horas para irnos a la cama. Es el momento perfecto para poder hablar con tu pareja, a veces incluso con una copa de vino en la mano; otras sin hablar, simplemente para estar en silencio. También es el momento idóneo para estar contigo misma. De verdad, qué difícil y agotador es ser madre. Esto no te lo cuentan en ningún libro, aunque ahora ya empiece a haber alguno. El agotamiento es la cruda realidad en la maternidad a pesar de que esté todo idealizado. Pero no me voy a quejar ya que ayer, después de que anteayer ella tuviera uno de los peores días que recuerdo, me regaló un bonito día. Me lo merecía, ¡qué leches! Así es la maternidad, sin tapujos.