Entre los pocos viejillos que, vacaciones familiares mediante, se han quedado esta ardiente época estival en Vitoria y, por ende, en nuestro amado templo del cortado mañanero, hay un grupo que, teniendo todavía la cadera como para pegarse unos bailes, ha decidido conformar una especie de comando juerguista cuya primera acción reconocida se perpetró hace unos días en Pamplona. La misión es pasar juntos y en alegre compañía, por lo menos un día, en San Fermín, La Blanca y las fiestas de Bilbao y Donostia. Liderados por nuestro querido escanciador de café y otras sustancias, la idea pasa, fundamentalmente, por hacerle un corte de mangas al bicho antes de que él, o cualquier otro mal de males, gane la partida. Así que no está habiendo recato para nada. Un ejemplo. Al parecer en la querida Pamplona les pusieron en un bar Eres tú y Sigo siendo el rey de manera consecutiva. Y se lo pasaron como cochino en barrizal, a pesar de que estuvieron a punto de tener que pedir hipoteca para poder afrontar la cuenta de cuatro tintos, tres rosados, dos zuritos y un par de fritos. Porque, oye, de fiesta se fueron como si no hubiera un mañana, pero regresaron con las carteras tiritando en plena ola de calor. Veremos qué pasa en La Blanca.