Después de 49 días esperando la pócima mágica de limitar el precio del gas recibiera todos los parabienes necesarios, llegan los dos primeros días de aplicación real y no se logra el efecto deseado. El anunciado abaratamiento se convierte en una subida del 24% en el precio (52 euros) lejos de la rebaja del 30% pregonada por el Gobierno. De inmediato aparecen los expertos que empiezan a desvelar la letra pequeña. A la cifra bruta que se establece en la subasta eléctrica donde se determina el precio por megavatio hora, hay que sumarle la compensación a abonar a las centrales de cogeneración y a los ciclos combinados. ¿Adivinen a quién le toca apoquinar esa cantidad?. En efecto, al bolsillo de los sufridos y extenuados consumidores que están dentro del mercado regulado o quienes, pese a hallarse en el mercado regulado, tienen una tarifa referenciada al mercado mayorista. También cuentan que otro de los factores que influyen es la programación de producción de los ciclos combinados. Por si lo anterior no fuera suficiente, el azote de esta ola de calor ha venido a incidir de manera negativa en un posible abaratamiento. Con estos calores y el recurso al aire acondicionado hace que los ciclos combinados estén a pleno rendimiento. ¡A tope! l