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Mesa de Redacción

Carlos González

La vino-llamada

La vino-llamada

omo es imposible que toda la parroquia habitual de nuestro amado templo del cortado mañanero pueda coincidir al mismo tiempo por aquello de los aforos, los protocolos y esas cosas, se ha tomado la decisión de conmemorar este sábado el primer aniversario de la bautizada como jodienda universal a causa del bicho con un pote telemático, para recordar los no tan lejanos meses en los que nuestro querido escanciador de café y otras sustancias se esforzó lo que no está en los escritos para que entre todos estuviéramos al tanto de los más viejillos y no perdiésemos del todo la posibilidad de echarnos unas risas aunque fuera a distancia. Así que como el bar tiene que cerrar para las ocho y queremos darle tiempo al jefe a que llegue a casa tras despedir a los últimos de Filipinas, creo que hemos quedado a las nueve y media para intentar lo de la llamada múltiple con el vino en la mano. Ayer soltó uno de los venerables: ¿qué lo vamos a hacer, como en los viejos tiempos? Pues no, solo ha pasado un año. Y aquí seguimos. Y lo que te rondaré morena. Eso sí, ha habido que recordar algunos fundamentos técnicos para que no nos pase como hace doce meses, que la primera vino-llamada que se intentó fue un auténtico desastre. Nosotros somos más de alcohol analógico.