osas veredes. No hay que perder nunca la capacidad de sorprenderse, es una de las maravillas del ser humano. Hace menos de un mes asistíamos a una lucha sin cuartel, tipo película de Tarantino, con la sangre salpicando hasta la tercera fila, entre el Gobierno español y el de la Comunidad de Madrid por la gestión de la crisis del coronavirus. Y aquí estamos, unas semanas después, con Moncloa poniendo como ejemplo la gestión madrileña. Es más, leo un reportaje en La Vanguardia en el que "la restauración catalana" mira con envidia la estrategia del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Catalunya cerró bares y restaurantes el 16 de octubre. El reportaje comienza con las declaraciones de un chef catalán, que "se reconoce ideológicamente en las antípodas" de Ayuso, en las que afirma: "Allí (en Madrid) defienden la economía; acaba de haber un acto en apoyo al sector y pronto celebrarán la gala de Michelin en defensa de la gastronomía". Ochenta representantes de la gastronomía catalana, entre ellos algunos tan conocidos y reconocidos como Ferran Adrià. Joan Roca o Carme Ruscalleda, comparecían ayer públicamente para pedir a la Generalitat la reapertura del sector. Lo hacían en el emblemático Hotel Majestic, escenario de grandes momentos políticos.