Parecía impensable - Como tantas cosas últimamente, esta tampoco la vimos venir. ¿El PP al borde de la mayoría absoluta en Andalucía, granero del voto del PSOE? Pues ya lo ven. Eso es lo que aseguran todos los sondeos, incluido el CIS del taimado Tezanos. Y aunque la experiencia de Castilla y León nos señale que la cosa no es cómo empieza sino cómo termina cuando se abren las urnas, todo hace indicar -o, si quieren, temer- que el 19 de junio la victoria de la derecha será incontestable. Porque ese es el otro motivo de reflexión y tembleque: todo apunta también a un resultado espectacular de Vox. Mucha denuncia posturera del empadronamiento chungalí de Macarena Olona en Salobreña. Mucho jijí-jajá sobre la conversión iconográfica de la alicantina de nacimiento en la mujer morena que pintó Julio Romero de Torres. Pero parece que el maléfico partido de ultraderecha se ha hecho fuerte especialmente en las plazas rurales donde barría el socialismo oficial.

Voto cautivo - Ahí tenemos una señal muy interesante. El voto cautivo, es decir, el reclutado a base de subsidios groseros -lean PER- se ha pasado a la otra orilla. ¿Por qué? Confieso que tampoco se lo sé decir con exactitud. Ni siquiera, después de haber leído ayer en El País una pieza pomposamente subtitulada “Una decena de expertos explican las razones del vuelco electoral en el tradicional feudo socialista”. Sin tener el pedigrí de los sabios consultados, me da que la cuestión es bastante pedestre. El cambio de gobierno de hace tres años no ha acabado con la sopa boba. El PP, que llevaba toda la vida denunciando el escándalo, descubrió la gran inversión que era mantener la paz social a cambio de una pasta que, total, ya estaba en los presupuestos desde hacía un carro de lustros. Los abascálidos, tan supuestamente enemigos de paguitas, no lo impidieron porque esta la recibían españoles de pura cepa, y ahora se disponen a recibir la gratificación en forma de votos.

El Error - Claro que esa cuestión se quedaría en anécdota para explicar el giro copernicano que, salvo milagro de última hora, está a punto de darse en la Bética y la Penibética. Por bien que haya sabido bandearse el PP con la ayuda del hoy agonizante Ciudadanos y el pujante Vox, no son sus méritos los que obrarán el fenómeno. Son, más bien, los deméritos de lo que hay enfrente. El PSOE y las mil banderías enfrentadas que hay a su izquierda se han empeñado en persistir en el error de la “alerta antifascista” con la que se estrellaron en Galicia, Madrid y Castilla y León. Como se confirme lo que dicen las encuestas, Feijóo dormirá pronto en La Moncloa.