Vitoria-Gasteiz y el resto del territorio deben seguir apostando por sus fortalezas en un escenario global en el que destacan la creciente polarización geopolítica y social, la digitalización y la necesidad de redoblar los esfuerzos para alcanzar la neutralidad climática. Hay riesgos, pero sin duda también hay oportunidades. Y en este sentido, la coordinación interinstitucional y el compromiso de los sectores público y privado para avanzar mirando al futuro son esenciales. Por eso, el Foro Álava Objetivo que nos plantea un año más DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA es un espacio oportuno de análisis de cara a reforzar la competitividad de nuestro tejido económico.

Debemos alinear las estrategias teniendo en cuenta que tenemos retos comunes. Dejando atrás las diferencias y buscando acuerdos, porque por encima de las diferencias políticas tenemos el compromiso de apostar por generar riqueza y empleo para mejorar la competitividad local sin olvidar el espíritu que nos llevó a ser Green Capital. Un trabajo de décadas que nos ha permitido ser un referente sostenible. Y en este sentido, no cabe duda de que necesitamos un tejido empresarial lo más fuerte posible, implicado e innovador que destaque por su autoexigencia y que mantenga una visión internacional. Esa visión es clave y, precisamente, se ve afectada por la inestabilidad mundial vinculada a los conflictos bélicos.

Por eso es necesario poner en valor que la industria forma parte del ADN de Vitoria-Gasteiz. No solo porque es un pilar de la economía local, sino porque ha formado parte de nuestro pasado y será un puntal de futuro para todo el territorio. De ahí que, a pesar del comportamiento de ciertos mercados, tenemos que seguir apostando por reforzar el atractivo de nuestro municipio para atraer proyectos y talento, lo que se traducirá en la llegada de nuevas empresas y la generación de empleo. Empleo que, por cierto, debe ser de calidad y estar bien remunerado. Hablamos de crear oportunidades, riqueza y de abrir nuevos horizontes. Son parámetros que encajan con una Vitoria-Gasteiz mejor y más próspera.

Patrones de consumo

La gestión de los fondos europeos –con aportaciones muy importantes que benefician a proyectos alaveses–; la apuesta clara de nuestras empresas por la innovación –con ejemplos como el de Mercedes Benz–; la transformación digital y el cambio del modelo productivo para reducir el impacto ambiental son vectores diferenciales que nos ayudan a afrontar tiempos convulsos.

Escuchar a los expertos también nos permitirá confirmar que debemos estar muy pendientes de lo que sucede en nuestro entorno para fomentar la capacitación profesional y el reciclaje, porque el mercado sufre cambios importantes a nivel mundial desde hace tiempo y hay que ajustarse a nuevos patrones de consumo.

Vitoria-Gasteiz es un buen lugar para invertir. Hay indicadores económicos y financieros que lo demuestran, aunque también hay parámetros ambientales, sociales y culturales que están a favor de nuestro modelo. La calidad de vida de una ciudad como la nuestra también puede –y debe– ayudar a incrementar nuestra competitividad.

Medidas que llevan el sello del Ayuntamiento como la inversión en empleo, el respaldo a la actividad económica mediante herramientas estratégicas como el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que aprobaremos de manera definitiva el año que viene, y el apoyo al emprendimiento ayudarán sin duda a fortalecer el músculo económico local. Y también ha quedado clara la apuesta municipal, reclamada por el sector, por atraer eventos, congresos y cualquier foro profesional de calado que ponga a Vitoria-Gasteiz en el mapa y permita la llegada de personas de otras ciudades y países. Personas que disfruten de nuestros recursos, que se lleven un buen recuerdo del territorio y que ayuden a promocionar nuestros atractivos en el futuro. No nos cansaremos de repetirlo: somos una ciudad viva y preparada para atraer inversión. Pero esto no solo hay que creérselo y decirlo, hay que tomar decisiones al respecto. Con ambición y con confianza.

Con este objetivo trabajamos cada día, tendiendo la mano a los agentes económicos de la ciudad y pensando en el futuro. Porque es cierto que tenemos desafíos globales, pero también lo es que las instituciones sabemos cuál es la estrategia correcta y confiamos en nuestra capacidad de adaptación en colaboración con las empresas.

En definitiva, compartimos un camino que transita hacia la transición ecológica y que se apoya en la economía circular. Porque la neutralidad climática es un reto a cumplir que debemos conseguir para las nuevas generaciones, que necesitan nuevas oportunidades y disfrutar de servicios públicos a la altura una ciudad próspera, competitiva y moderna.