Para lograr esa sensación de casa vivida y acogedora, sobre todo cuando se parte de pisos de obra nueva con todas las paredes blancas y frías, es el objetivo de muchos decoradores. En esta ocasión analizamos un proyecto de reforma desarrollado por el Estudio de Interiorismo Alberto Torres con un piso de 82 metros cuadrados, similar a los que podemos encontrar en muchas ciudades.
Para conseguir un hogar acogedor, funcional y con una estética cuidada el objetivo está claro: hay que optimizar al máximo cada estancia para hacerla práctica, duradera y visualmente atractiva.
En este ejemplo la vivienda está distribuida en una planta rectangular, con el recibidor como eje central. A un lado se articula la zona de día –salón, comedor y cocina– y al otro, la zona de noche con dos dormitorios y dos baños, uno de ellos en suite.
La clave del proyecto reside en el uso inteligente del espacio: cada rincón cumple una función y está diseñado con materiales resistentes, soluciones de almacenaje bien integradas y una cuidada armonía cromática inspirada en colores otoñales. El pavimento porcelánico efecto madera, presente en casi toda la vivienda, unifica visualmente las estancias, aportando continuidad y calidez. En las paredes, el papel pintado recorre toda la vivienda en una combinación de diseños que refuerzan la calidez de la decoración.
Por su parte, en cocina y baños se han empleado suelos técnicos que refuerzan la durabilidad. En cuanto al diseño, líneas limpias y tonos neutros.
Analizamos cada estancia por separado para ver con detalle su diseño y decoración.
La cocina
Abierta al salón-comedor, se ha proyectado en forma de U para maximizar el espacio de trabajo y almacenamiento. Los muebles blancos en brillo contrastan con una encimera de Dekton negro, que aporta elegancia y resistencia. Esta distribución favorece la interacción social.
El salón
En este caso, las vistas desde el apartamento no tienen un valor paisajístico destacado, de modo que la disposición de sofá se ha decidido pensando en la convivencia y la funcionalidad. Destaca un sofá con chaiselongue en tono burdeos y el mueble bajo de TV.
Para controlar las posibles entradas de luz que puedan generar reflejos sobre la pantalla, se ha incorporado un sistema de black out, que permite un oscurecimiento total del espacio cuando es necesario, garantizando así el confort visual. El papel pintado en tonos blancos y azules escogido para esta zona aporta textura sin saturar visualmente el espacio.
El comedor
Entre el salón y la cocina, el comedor hace de transición y llama la atención por su bonita decoración. Destaca por la lámpara escultórica de racimos metálicos en negro sobre la mesa de mármol blanco. Va acompañada de sillas tapizadas en verde musgo, un tono escogido en la misma gama cromática que el resto de textiles del sofá.
Dormitorio principal
El papel pintado en gran formato aporta sofisticación, mientras que el cabecero tapizado en cuero con líneas clásicas y las mesitas de noche negras refuerzan la personalidad del espacio.
La selección de textiles, iluminación y alfombras genera una atmósfera cálida y envolvente al el conjunto.
Habitación-despacho
Esta estancia responde a la necesidad cada vez más habitual de combinar teletrabajo y descanso. Para ello, se ha optado por un sofá cama nido y un escritorio compacto con mesa plegable para optimizar el espacio.
Como en el resto de la casa, el papel pintado tiene su protagonismo y en esta habitación también se ha escogido en sintonía con el resto de la vivienda para mantener la coherencia decorativa.