La panadería alavesa Artepan y el restaurante Kromatiko se han unido para crear el croissant solidario Crunafah, una edición limitada inspirada en el tradicional postre palestino kanafeh, con el objetivo de recaudar fondos para las familias y niños de Gaza en situación de vulnerabilidad.

El Crunafah estará disponible del 3 al 16 de noviembre en todas las tiendas Artepan y Mamia, y por cada unidad vendida se donarán 3 euros íntegros a la ONG Global Humanitaria, que destinará los fondos a la compra de cestas de comida para la población afectada.

Un dulce con causa

El Crunafah combina la tradición pastelera francesa con la esencia de Oriente Medio: un croissant elaborado por Artepan, relleno con crema de queso y agua de azahar, y coronado con miel y polvo de pistacho.

“Nosotros no ganamos nada con esta acción”, explica Txema Pascual, maestro panadero y responsable de Artepan. “Hemos contado con la implicación de proveedores y colaboradores para hacer posible una donación íntegra por croissant vendido, en una campaña sin ideología ni bandera”.

Por su parte, Aitor Etxenike, chef del restaurante Kromatiko, destaca el valor humano de la iniciativa: “Queríamos aportar desde nuestro oficio, con lo que sabemos hacer: cocinar. Queríamos asegurarnos, de la mano de Global Humanitaria, de que la ayuda llegara de forma transparente y efectiva”.

Sorteo solidario y mensajes de apoyo

Para animar la participación, quienes compren el croissant entrarán en el sorteo de 10 camisetas solidarias diseñadas por la ONG, el próximo 17 de noviembre. Las prendas forman parte del proyecto 'Cartas desde Gaza', que busca enviar mensajes de apoyo a los niños afectados por la guerra a través de la web cartasdesdegaza.org.

“Queremos llenar estómagos y corazones”, añade Loreto Gotxikoa, gerente de Artepan.

El Crunafah se suma a la serie de croissants de autor con los que Artepan colabora con distintos chefs y hosteleros del territorio alavés, como Mano Lenta, Zaldiaran, Hot Burguer Brand, Sua o Sukalki. Con esta nueva creación, la firma gasteiztarra une sabor, arte y solidaridad en un gesto que pretende “endulzar una realidad amarga”.