Síguenos en redes sociales:

La cafetería Starbucks de la Virgen Blanca marea y "toma el pelo" al Ayuntamiento de Vitoria

La multinacional estadounidense juega con la normativa para evitar el cierre del establecimiento, pese a sus reiterados incumplimientos, reconoce el gobierno municipal, que dice tener las manos atadas

La cafetería Starbucks de la Virgen Blanca marea y "toma el pelo" al Ayuntamiento de VitoriaJorge Muñoz

A pesar de tener abierto un expediente de suspensión de actividad y otro sancionador, el Starbucks de la Virgen Blanca sigue funcionando como si nada ocurriera.

La cafetería opera sin que el Ayuntamiento pueda cerrarla por los reiterados incumplimientos. Esto es, el Ayuntamiento carece de mecanismos para clausurar el negocio.

Retrasar el cierre

Reconoce el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Borja Rodríguez, que la multinacional estadounidense está jugando con la normativa administrativa y con los plazos que marca cualquier actuación de las instituciones, que "utiliza de manera perniciosa para ir retrasando el proceso haciendo caso omiso de los requerimientos del Ayuntamiento".

El gobierno municipal califica de "tomadura de pelo" la manera en que la céntrica cafetería retuerce la normativa para evitar su clausura, un modus operandi que, de momento le sirve, ya que sigue abierta al público.

EH Bildu y Elkarrekin exigen al gabinete Etxebarria que pase de las palabras a los hechos y clausure ya el establecimiento hostelero abierto donde antes estaba el Mentirón, a lo que Rodríguez responde que el Ayuntamiento está actuando de forma correcta, siguiendo los pasos que marca la normativa, pero por ahora debe respetar los plazos y la multinacional se vale de ello.

Manos atadas

"A mí me gustaría tener más herramientas, pero no las tengo", argumenta Rodríguez.

Starbucks de la Virgen Blanca.

Para EH Bildu, el Ayuntamiento ha actuado con pasividad y permisividad. "El mensaje que se traslada a la ciudadanía es que en Vitoria se puede abrir un negocio sin cumplir la normativa con total impunidad y marear al Ayuntamiento durante más de un año como si nada", lamenta el concejal Ekaitz Díaz de Garayo.

"A nadie le entra en la cabeza que un año después haya una cafetería abierta sin cumplir la normativa, que maree y juegue así con el Ayuntamiento. Hay que pasar de las palabras a los hechos", censura edil Óscar Fernández desde las filas de Elkarrekin.