Una oportunidad para recordar las raíces, reconocer la resistencia y celebrar los logros alcanzados a lo largo del tiempo. Una historia marcada tanto por la riqueza cultural como por siglos de exclusión. Este año se cumplen seis siglos desde la llegada documentada del pueblo gitano a la península ibérica. Se trata de una fecha cargada de memoria, orgullo y reivindicación, que invita a reflexionar sobre la historia de una comunidad que, pese a la persecución y la marginación, ha mantenido viva su identidad y ha contribuido de manera significativa a la sociedad, tal y como explican en este reportaje a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Olga Borja, mujer gitana y orientadora laboral, y con Nuria de la Cruz, responsable territorial de la Fundación Secretariado Gitano en Euskadi.

Para Olga Borja y Nuria de la Cruz, celebrar estos 600 años es “una oportunidad para recordar y reconocer nuestra historia, nuestras raíces y celebrar todo lo que hemos logrado a lo largo de los siglos, sin olvidar que hemos sido un pueblo perseguido”. Aunque llevan seis siglos en la península, denuncian que el pueblo gitano sigue siendo “el más desconocido y rechazado”. Los avances en derechos y políticas sociales son innegables, pero insuficientes, según valoran.

CALIDAD DE VIDA DE LA COMUNIDAD GITANA

“Necesitamos que se fomenten más políticas que mejoren la calidad de vida de la comunidad gitana”, señalan. El desconocimiento y los prejuicios pesan mucho. Los medios de comunicación, dicen, tienen un papel crucial: “La mayoría de las veces proyectan una imagen negativa y generalizan sobre toda la comunidad, y eso es el mayor atisbo de antigitanismo”.

El primer registro escrito sobre la presencia gitana en la península data de 1425, cuando el Rey Alfonso V de Aragón otorgó un salvoconducto a Juan de Egipto Menor y su grupo. Sin embargo, la bienvenida inicial dio paso a siglos de persecuciones: desde la pragmática de los Reyes Católicos (1499) hasta la Gran Redada de 1749, pasando por leyes discriminatorias como la de vagos y maleantes (1933) o el olvido del Holocausto Gitano.

La juventud gitana sigue enfrentando barreras en educación, empleo, vivienda y respeto social, según valoran ambas. Pero también cuenta con fortalezas únicas: “la alegría, la unión y el talento para seguir adelante”

A pesar de todo, el pueblo gitano ha dejado una huella cultural imborrable: el flamenco, la artesanía, los oficios, la resistencia cultural y la lucha por los derechos son parte inseparable de la historia. “En un primer momento fueron bien recibidos porque entraron a través del salvoconducto, años más tarde comenzaron las pragmáticas en contra del pueblo gitano ( pretendían erradicar las costumbres y la identidad gitana). Los gitanos hemos tenido un papel significativo y complejo en la historia de España marcada por la contribución cultural (flamenco, artesanía y oficios , resistencia cultural...) y por la discriminación que hemos sufrido”, valoran. 

EDUCACIÓN GITANA

La juventud gitana sigue enfrentando barreras en educación, empleo, vivienda y respeto social, según valoran ambas. Pero también cuenta con fortalezas únicas: “la alegría, la unión y el talento para seguir adelante”.

Para que haya un verdadero cambio, reclaman políticas públicas efectivas contra el antigitanismo, así como la incorporación de la historia y cultura gitanas en el currículo escolar. “La inclusión no puede quedarse en palabras, debe ser real y permitirnos participar como ciudadanos de primera”, subrayan. 

El mensaje final es claro: el pueblo gitano quiere ser visto y reconocido por lo que es, no por los prejuicios que pesan sobre él. “Y esa tarea no es solo de la comunidad, sino de toda la sociedad: instituciones, medios de comunicación y ciudadanía”. “Hace 600 años que estamos aquí. Queremos que se entienda que nuestra historia está llena de luchas y logros, que merecemos respeto y reconocimiento. Y que, a pesar de todo, seguimos adelante con orgullo”, concluyen ambas con orgullo y determinación en este reportaje. l