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Vitoria ayuda a 31 niños y niñas de 6 a 13 años en situación de discapacidad a hacer deporte

En los últimos tres cursos se ha disparado el número de solicitudes, atendiéndose el 100% de ellas

Vitoria ayuda a 31 niños y niñas de 6 a 13 años en situación de discapacidad a hacer deporteDNA

Favorecer la participación de la población infantil en situación de discapacidad en la programación deportiva convencional. El objetivo se puede escribir y decir de manera muy fácil. El papel, al fin y al cabo, lo aguanta todo. Otra cosa es llevarlo a la práctica. En ello trabaja el Ayuntamiento de Vitoria con la realización, en los últimos años, de un programa personal de apoyo en actividades deportivas municipales pensando de manera específica para niños y niñas con edades comprendidas entre los 6 y los 13 años y que se encuentran en situación de discapacidad, sea del tipo que sea. Una labor que a cada curso que pasa suma nuevas peticiones en la capital alavesa.

De hecho, los datos, aunque sean siempre fríos, hablan a las claras en este caso. En el curso 2022-2023, el Consistorio recibió nueve peticiones para poder contar con este apoyo complementario a la hora de desarrollar diferentes prácticas deportivas. De ahí se pasó a un 2023-2024 que registró un total de 13 solicitudes. Sin embargo, el programa es cada vez más conocido. Es evidente que los buenos resultados obtenidos hasta el momento están teniendo repercusión. Por eso, en la temporada 2024-2025, la demanda ha subido a la cifra de 31. Todas ellas, al 100%, han sido atendidas por el Servicio de Deportes del Ayuntamiento de la capital alavesa.

Esta iniciativa complementa la programación específica de deporte adaptado que se realiza en colaboración con diversas asociaciones

“Entendemos la actividad física como una herramienta clave para el desarrollo físico, mental y emocional de las personas. Por eso, trabajamos por una práctica deportiva accesible, inclusiva y de calidad para toda la ciudadanía”, explica Ana López de Uralde, concejala de Deportes. “A través del Programa de Personal de Apoyo en Actividades Deportivas, garantizamos que niños y niñas con discapacidad puedan participar desde edades tempranas en la programación deportiva municipal, favoreciendo su integración y participación en igualdad de condiciones”, describe la edil socialista.

¿Cómo funciona?

El programa facilita a las familias que así lo solicitan que puedan contar con personal de apoyo que acompañe a los niños y las niñas en sus prácticas deportivas para facilitar su integración en los cursos que ofrece el Consistorio dentro de su agenda habitual. Esta iniciativa complementa la programación específica de deporte adaptado que se realiza en colaboración con las asociaciones de personas en situación de discapacidad.

Es el personal técnico del Servicio Municipal de Deporte el que valora la necesidad e idoneidad de establecer el apoyo

Para tomar parte, es necesario realizar de manera previa una inscripción en la actividad. A partir de ahí, se requiere cumplimentar una instancia general, adjuntar una fotocopia del certificado acreditativo de la discapacidad o necesidad especial, y presentar la documentación en una Oficina de Atención Ciudadana o a través del registro electrónico.

Piscinas del centro cívico Ibaiondo

Es el personal técnico del Servicio de Deporte el que valora la necesidad e idoneidad de establecer el apoyo y el que informa a la persona interesada de la prestación del servicio de apoyo. El objeto principal es que la niña o el niño, con apoyo de personal monitor de refuerzo, pueda desarrollar la actividad de forma inclusiva

Desde su experiencia personal, “yo se lo recomendaría esto a todas las familias”, apunta Rosangela Silva, madre de Mathias Salas, una de las personas que en el último curso ha estado tomando parte en la iniciativa. De hecho, lo seguirá haciendo el que viene. Es más, el 2 de octubre volverá a dar formación en natación en el centro cívico Ibaiondo.

En primera persona

Salas tiene ahora siete años. Cumplirá los 8 cuando llegue octubre. De momento, disfruta de unas merecidas vacaciones, en las que está poniendo en práctica todo lo aprendido a la hora de zambullirse en el agua. “Tiene mejor destreza, los movimientos los hace mejor y ha perdido temor al hecho de hacer vueltas en la piscina. Está más seguro”, apunta su madre.

“Él necesita quemar energía”, dice con una sonrisa Silva. Por eso, el especialista en trastorno del espectro autista que sigue los pasos de Mathias le recomendó en un momento dado que el niño hiciera alguna actividad física que implicase mucho movimiento. Así que en Ibaiondo empezó natación, un primer curso que hizo sin todavía haber solicitado la ayuda del programa municipal. “Ahí no sabíamos que existía este apoyo”. 

Ahí fue esencial el papel jugado por las personas que trabajan en el centro cívico. “Fueron muy amables y me informaron que podía solicitar también este servicio a través de la Oficina de Atención Ciudadana”. Cumplimentados los trámites, Mathias ha realizado este último curso con ese acompañamiento. “La monitora y el monitor que ha tenido han sido muy pacientes. En cada ocasión, le daban as instrucciones directamente a él y él prestaba atención. La verdad es que hemos notado mucho el cambio”. 

Mejorías

En este sentido, Silva no tiene más que palabras de agradecimiento para ambas personas. “Son jóvenes a los que se les nota que tienen experiencia con niños con dificultades”. Además, “a él le noto mejora en todos los aspectos. Y en la natación, muchísimo”. Además, “a mí también me da seguridad”. 

El joven Salas acude dos veces por semana a Ibaiondo. “Termina el colegio a las cinco. Vamos a la sala de juegos del centro cívico un rato y luego vamos a nadar”. Las rutinas también son importantes. Allí participa en la formación con otros niños y niñas. “Le tratan igual. Yo a los monitores siempre les pido que le ayuden a integrarse con el resto, porque el primer contacto le cuesta. Tiene una discapacidad muy leve y lo cierto es que creo que el resto de niños quizás no la notan”. 

Aunque Mathias “no es muy conversador”, sí le cuenta a su madre algunos detalles que le llaman la atención. Además, cuando el personal de apoyo le premia con algún abrazó porque ha hecho las cosas bien, “él me lo dice; eso le gusta”. Por todo ello Silva no duda en recomendar acceder a este apoyo a otras familias. “Es un servicio que ayuda muchísimo y no solo a niños autistas. He visto a niños y niñas con otras discapacidades que también tienen esto y les viene muy bien. Es un rato no solo de deporte, sino también para que entren en contacto con otras personas y puedan socializar un poco mejor. A los padres y madres también nos viene bien esto porque sientes que no estás solo en este proceso”.