Se acabó. La subida de Celedón ha puesto esta pasada madrugada el broche final a una nueva edición de La Blanca, unas fiestas marcadas por la alta participación y las tórridas temperaturas y empañadas de nuevo por el goteo de agresiones machistas que han ido trascendiendo con el paso de los días.
Tiempo habrá para los balances –el Ayuntamiento ofrecerá el suyo este mismo mediodía–, pero Gasteiz ha vivido un año más unas jornadas de necesario jolgorio para aparcar las preocupaciones y los problemas del día a día, con diversión diurna y nocturna y múltiples actividades para todas las edades y los gustos que han logrado mantener el pulso de la calle hasta el último suspiro.
Una larga juerga final
La coincidencia del cierre festivo con este fin de semana ha ayudado y mucho a estirar la juerga hasta altas horas de esta última noche, bastante más allá del retorno del aldeano de Zalduondo a la torre de San Miguel.
A la bajada de Celedón del lunes, de nuevo multitudinaria, y a la masiva fiesta posterior siguieron un día de La Blanca también por todo lo alto con el regreso a las calles de las cuadrillas de blusas y neskas y dos jornadas posteriores, las del miércoles y el jueves, algo más tranquilas.
Sin embargo, los conciertos ofrecidos justo ambos días por Rozalén en la plaza de Los Fueros –el 6– y Fermín Muguruza en el txosnagune –el 7– seguramente hayan logrado las dos asistencias más elevadas de público de todo el ciclo festivo.
A partir de ahí, aunque un buen número de autóctonos optaran por abandonar la ciudad para disfrutar de sus vacaciones en un ambiente más relajado, la llegada de un buen número de visitantes ha contribuido a revitalizar las calles en el sprint final. Tampoco hay que olvidar unas jornadas prefiestas que llenaron las calles de ambiente durante todo el pasado fin de semana.
Una ausencia destacada
Esta entrega festiva de 2025 ha sido también única por una destacada ausencia, la de la lluvia.
Porque en lo meteorológico, el hecho de que haya hecho estos días –mucho– calor en Vitoria no ha sido lo más noticioso, pues suele ser habitual en La Blanca, pero sí que ha llamado la atención de muchos locales que no haya caído una sola gota de agua del cielo durante las 127 horas de las fiestas, algo inédito desde hace años.
Lamentablemente, las que no han faltado en la capital alavesa han sido las agresiones con tintes machistas de más o menos intensidad que se han ido denunciando desde el pasado día 4.
Estos episodios recibieron a las 20.00 horas un último y multitudinario reproche público convocado por el Movimiento Feminista de Gasteiz en la Plaza de la Virgen Blanca.
Jornada de despedidas
Como suele ser habitual todos los días 9 de agosto, la jornada en la que Celedón recoge sus bártulos hasta la próxima edición de La Blanca, la de ayer fue una jornada de sucesivas despedidas.
El Iradier Arena acogió la última suelta de vaquillas del ciclo festivo, el espacio de aventura infantil y juvenil abrió sus puertas por última vez en el parque de Arriaga, al igual que el zoco árabe en Juan de Ayala, y a eso del mediodía se celebró el concurrido pasacalles final de la Banda Municipal de Música y de la de Txistularis y Trikitilaris, así como la entrañable despedida de la Comparsa de gigantes, cabezudos, caballos y sotas.
El grupo ofreció su último baile y recibió el cariño de los más txikis de la casa al regresar por última vez este año a su casa de la calle San Antonio.
La jornada avanzó entre las iniciativas solidarias organizadas por las cuadrillas Alegríos y Basatiak, el bertso-saioa final de las fiestas en la Plaza del Machete y, ya por la tarde, los últimos paseíllos de ida y vuelta tanto de la Federación como de la Comisión de Blusas y Neskas, donde el ánimo no decayó en ningún momento pese al visible cansancio acumulado.
Conciertos, toros de fuego o fanfarres mantuvieron la ciudad en movimiento hasta que a las 1.00 horas Celedón emprendió su camino de vuelta, una cita muy concurrida un año más a la que siguieron la subida del blusa y la neska caídos y la procesión de las velas.
Fue el momento de desanudarse el pañuelo festivo hasta el 4 de agosto de 2026 pese a que aún quedaría una larga noche más de jarana por delante.