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Con la música a todas partes

Los músicos valencianos de Xaranga Els Tocaets se estrenan en La Blanca, convencidos de que, como Celedón, regresarán

Con la música a todas partes

Son jóvenes de entre 20 y 30 años, nunca ambientan las calles en un grupo inferior a 10, aunque son más sus integrantes y a La Blanca han venido 11.

Es su primera vez pero, a tenor de las pocas horas dormidas y muchas disfrutadas, no tienen duda de que, como Celedón, regresarán.

Unos trabajan, los menos todavía estudian, pero a todos les une la pasión por la música, "un hobby puro y duro" que les acompaña a todas partes.

Son, junto a blusas y neskas, el centro de las fiestas de Vitoria, son los músicos de la txaranga que cada día acompaña en cuadrilla a Los Bainas.

Son Xaranga Els Tocaets, “un juego de palabras entre tocaítos, de bebiditos, y de tocar”, explica Rubén, trompeta.Le acompañan Alejandro, Ramón y Pablo, trombón; Miguel, bombo; Suli, tuba; Javi y Oriol, saxo; Lluis, caja, y en el Canciller Ayala les esperan Raúl, trompeta y Xavi, saxo, que a media mañana aún duermen la resaca de la noche anterior. 

De fiesta en fiesta

Acostumbran a tocar en tierras levantinas y en las Fallas, las fiestas de su ciudad, Valencia, cuna de txarangas por lo que cuentan, ya que solo esta semana en Vitoria han saludado a seis grupos valencianos.

De vez en cuando, y si el plan les gusta, aceptan ambientar y animar los festejos de otras localidades.

Por el norte, en mayo estuvieron en la localidad burgalesa de Poza de la Sal y también han disfrutado de las fiestas de Miranda; varios confiesan que les gustaría probar en San Fermín, tras las bondades de la fiesta con mayúsculas que les cuenta un integrante del grupo que toca en la banda de música de Pamplona. 

Algunos ya conocían La Blanca, pero a título individual, como txaranga es su primera vez y, a pesar de ser solo cinco días de fiestas, aseguran que han sido intensos. Recalaron en Santiago, el Día del blusa, para muchos, el más agotador.

Su música volvió a sonar en las calles gasteiztarras el 5 de agosto y, desde entonces, apenas se han desprendido de sus instrumentos musicales, aunque sí, sí han sacado tiempo para aparcar su repertorio y divertirse a partir de las tres de la madrugada en los bares de Mateo Morada, Cuchiy hasta conocer el recinto de txosnas.

"Gente maja" en la cuadrilla

“Nos dijeron que el 6 y 7 eran días más flojos, pero no se ha notado”, dicen, a gusto en La Blanca, tanto por el ambiente festivo: “mucha gente, pero sin exagerar”; como por la cuadrilla de blusas y neskas: “gente maja”, que les han tratado con respeto y con la que ya han tramado amistad. 

La txaranga Els Tocaets en plena actuación en La Blanca.

Conscientes de que son el centro de la fiesta y de que su reto está en arrastrar a la gente, creen haberlo conseguido y se dan por satisfechos.

“Si no hay feedback, nosotros tampoco disfrutamos, y para eso, la gente también tiene que pasarlo bien y en Vitoria, sí ha habido feedback, mucho, mucho”, señala Rubén.  

Para ello, trajeron preparado y ensayado un amplio repertorio de canciones populares y otras más comerciales que han repetido hasta la saciedad, sobre todo paseíllo de ida, paseíllo de vuelta y hasta bien entrada la madrugada por los bares del Casco Viejo y centro de Gasteiz.

Para todos los públicos

A su habitual cancionero incorporaron melodías típicas de Vitoria sugeridas por el presidente de Los Bainas: Celedón, Tamborrada vitoriana, Sarri, Sarri, Himno del Alavés...

Por cierto, se van con la idea de que hay mucho fanatismo por el equipo albiazul, a tenor de la cantidad de forofos que les pide tocar el himno del Deportivo.

Y con todo ese mix, que los miembros de Els Tocaets adaptan y tocan a su estilo, han intentado gustar a todos los públicos y logrado hacerse con la ciudad.

En sus actuaciones lucen cuatro tipos de vestimenta, pero todos visten siempre con zapatillas, pantalones y camisetas iguales.

Y si hay otra txaranga a unos metros, nunca se acercan a molestar ni tocar más alto; paran y esperan a que acabe. Es una de sus premisas para aceptar invitaciones para tocar. “Y que no nos echen agua ni bebida por encima”, apuntan.

Con los brazos en alto

Apurando las últimas horas, de su inmersión en La Blanca, además de ambientazo en las calles, la txaranga Els Tocaets se lleva “la cantidad de blusas y neskas que luce ataviada con el “traje típico”, la variedad de edades que integran las cuadrillas, “desde jóvenes hasta de ocheintaitantos” y la forma de bailar alrededor de las txarangas, “con los brazos en alto”, saltando y botando.

La txaranga valenciana Els Tocaets ambienta el Casco Viejo.

Se liga más

Ah! Y confirmado. No es una leyenda. Siendo miembro de una txaranga se liga más en fiestas. Además, es un chollo porque vas de invitado, entre comillas, por los bares. “En la zona norte se cuida más a los músicos”, apuntan, sabedores de que la cuadrilla paga. 

Así que, de gratis y con ventaja para ligar, a pesar de no haber sobado a Celedón, la txaranga se lleva unos cuantos katxis de kalimotxo entre pecho y espalda, que en Valencia no acostumbran a mezclar vino con Coca Cola, más bien cerveza y tinto de verano, además de chupitos de cazalla, un licor seco de anís, “tipo al pacharán de aquí”, con el que uno se entona a 46 grados.