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Gigantes, cabezudos, caballos y sotas ponen Vitoria a bailar... y correr

Tras el emocionante estreno festivo, en el que compartió el lanzamiento del txupinazo, la Comparsa recorre las principales calles del centro de Vitoria acompañada por una marea de familias

En imágenes: Comparsa de gigantes, cabezudos, caballos y sotasNatalia García

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La recién iniciada edición de La Blanca no está pudiendo ser más especial para la Comparsa de gigantes, cabezudos, caballos y sotas de Gasteiz, coprotagonista del lanzamiento del txupinazo de ayer por primera vez en sus 108 años de historia.

Pero sin mucho tiempo para asimilar el momentazo, la agrupación ha vuelto a salir a la calle puntual este martes, día grande de las fiestas, para protagonizar su primer recorrido matinal y poner a bailar y correr a txikis y no tan txikis.

Desde su casa

Los diez gigantes, colocados en perfecto orden en la calle San Antonio junto a la puerta de Musiketxea, su casa, son el primer centro de todas las miradas y el objeto de deseo de cualquier cámara de fotos. 

Sus porteadores se preparan para transformarse en los cuatro reyes de la baraja, el aldeano y la aldeana de la Montaña Alavesa, el casero y la casera de Aramaiona y los regüeveros mientras charlan relajadamente hasta que, casi sin avisar, los seis cabezudos de la comparsa hacen acto de presencia provocando más de un llanto desconsolado entre las decenas de txikis presentes. "Que no pasa nada, cariño", intenta reconfortar, sin mucho éxito, una ama a su pequeña neska. 

Curiosos... y temerosos

Las sotas y los caballos se unen al grupo y pocos minutos después de las 11.00 horas arranca el itinerario de la comparsa, acompañada por la Banda de Gaiteros de la Academia Municipal de Folklore y seguida por una marea de familias. 

La comparsa recorre las principales calles del centro de Gasteiz ante los ojos, entre curiosos y temerosos, de la chiquillada y encadenado sus vistosas coreografías al ritmo de la música.

San Prudencio, Dato, Postas, Lehendakari Aguirre y Mateo Moraza, ya atestadas de cuadrillas de blusas y neskas, la contemplan desfilar entre la admiración y fascinación popular.

Los gigantes llegan hasta la última parada del recorrido, una plaza de la Virgen Blanca de nuevo repleta de gasteiztarras y visitantes de todas las edades, mientras los cabezudos siguen haciendo de las suyas y los caballos y las sotas reparten sonrisas.

"Ese tiene un señor dentro"

Pero repartiendo también, todo hay que decirlo, cariño entre los más asustadizos. "Ese tiene un señor dentro", dice un simpático niño tras chocarle la mano a uno de ellos y descubrir el secreto. 

La comitiva municipal sale de la iglesia de San Miguel tras asistir a la misa pontifical y se sitúa en la escalinata, donde el grupo de EH Bildu espera ya desde hace varios minutos, y los gigantes arrancan a bailar en su versión más protocolaria.

En imágenes: Ambiente en Vitoria el día de la Virgen BlancaDNA

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El recorrido sigue en la plaza de Los Fueros donde, tras un pequeño descanso para coger fuerzas, se encaminarán de nuevo por San Pruencio de vuelta a casa para descansar hasta mañana.

“Ha ido todo bien. Agradecemos que esté un poco nubladete, porque mañana y pasado van a ser duros”, apunta en conversación con NOTICIAS DE ÁLAVA el presidente de la comparsa, Joseba Perea.

"Un subidón" 

Perea, todavía degustando el "subidón" que supuso dar el pistoletazo de salida a las fiestas, reconoce que haber estado en la balconada encendiendo el chupinazo "es un reconocimiento muy bonito" para la comparsa, que a día de hoy está integrada por un total de 38 personas.

"Nunca piensas que puedes estar ahí arriba porque hay gente muy reconocida en Vitoria”, apunta el presidente.

Lo que está claro es que la agrupación levanta pasiones... y cada vez más. “Cada año viene más gente ya desde primerísima hora. Media hora antes de que empecemos ya están allí esperando. Muchos niños, muchos txikis y también mayores”, celebra Perea.