De la euforia... a las emergencias del 112
DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se sube a una ambulancia del 112 para vivir desde dentro el operativo sanitario
Siete minutos. A las 18.07 horas, solo siete minutos después de que Celedón comenzara a descender, suena por radio uno de esos avisos que nadie quiere escuchar: posible parada cardiorrespiratoria, a escasos metros del epicentro de la fiesta. Todos se activan. Policías, bomberos y, cómo no, el personal de Emergencias de Osakidetza corren, suben a la ambulancia, encienden la sirena y parten a toda velocidad. No hay margen. No hay tregua.
"¡Bienvenidos a las fiestas de todos y todas!"
En apenas tres horas –desde las 16:30, cuando el dispositivo especial de emergencias ya estaba desplegado en distintos puntos del centro–, se registraron 52 asistencias médicas, seis traslados al hospital y un 90% de los casos fueron por golpes de calor o síncopes. Así arranca la fiesta en Vitoria: con euforia, sí, pero también con un equipo de Emergencias de Osakidetza sin parar (con el apoyo de Cruz Roja en los dispositivos preventivos), sosteniendo la cara menos visible del día más esperado del año. DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se sube a una ambulancia del 112 para vivir desde dentro el operativo sanitario que acompaña el arranque de las fiestas, en un dispositivo especial del Gobierno Vasco durante la bajada de Celedón.
Aunque la bajada de Celedón no arranca hasta pasadas las seis de la tarde, en la Plaza de España el operativo sanitario especial empieza mucho antes. Al frente están Isabel Urresti, responsable de Emergencias Araba; Alfredo Garmilla, médico de la ambulancia de Soporte Vital Avanzado; Daniel Francisco Manzano, enfermero de la almbulancia y Sergio Guerrero, el técnido. A las cuatro y media de la tarde y ya se nota el ambiente: vallas colocadas, camillas listas, mochilas médicas preparadas y ambulancias tomando posiciones estratégicas. El departamento Vasco de Salud ha activado un dispositivo específico para el Chupinazo, con Emergencias de Osakidetza y distinto personal que comienza su jornada antes de que estalle oficialmente la fiesta. Mientras los primeros grupos de jóvenes se agrupan en la plaza y las botellas de vino comienzan a pasar de mano en mano, los sanitarios ya están en marcha. No hay música, ni espuma, ni confeti en su turno, pero sí concentración absoluta porque saben que, en cualquier momento lo que en ese momento es una calma tensa se convertirá en una jornada de trabajo intensa donde cualquier segundo puede marcar la diferencia.
Así, en la bajada de Celedón se sitúa un puesto sanitario avanzado en la Plaza Nueva que consta de personal de Emergencias Osakidetza (un médico, un enfermero, un técnico junto con personal de Bomberos. Una tienda hospital y un furgón IMV con el material necesario en previsión para un incidente de múltiples víctimas y una ambulancia de Soporte Vital Básico de Cruz Roja, contratado por el Ayuntamiento de Vitoria). Además de este dispositivo, tamvbién se han instalado distintos dispositivos más en Parlamento, en la Plaza de la Memoria y tres equipos compuestos por dos técnicos sanitarios situados estratégicamente en el interior de la plaza de Virgen Blanca.
Celedón desata la locura en Vitoria sin olvidar a Gaza y a “los que no pueden estar”
Las actuaciones más comunes durante la tarde estuvieron relacionadas con el calor sofocante que envolvió Vitoria, con termómetros que rozaron los 34 grados en pleno centro. El bochorno fue especialmente duro para quienes llevaban horas esperando en la plaza desde las cuatro de la tarde para asegurarse un sitio estratégico bajo el balcón. Muchos no aguantaron. Los golpes de calor y los síncopes se sucedieron uno tras otro, provocando un constante ir y venir pacientes entre la marea humana. Pero no fue lo único. También se atendieron contusiones, personas con bajadas de tensión, e incluso un caso de subida de glucosa agravado por las altas temperaturas. Uno de los incidentes más llamativos fue el de un joven con el hombro dislocado, que tuvo que ser inmovilizado y trasladado al hospital tras un empujón en la plaza.
Vocacional
“Este es un trabajo muy vocacional... llevo 20 años hacíendolo y me gusta poder ayudar a los que lo necesitan”, dice con orgullo mientras atiende a una joven Isabel Urresti. “Llevamos casi 20 años en el dispositivo preventivo de Celedón y Jaiak. Un hito importante en la atención, fue la decisión de no permitir el acceso con vidrio al recinto festivo, que se ha demostrado enormemente efectiva disminuyéndose el número de atenciones de más de 100 (la mayoría cortes que precisaban sutura) a las 24 del año pasado”, explica la Responsable de Emergencias Araba a este periódico. Y añade: “Atendemos intoxicaciones etílicas, bajadas de tensión, pequeñas suturas, alguna contusión por caída de objetos desde arriba, traumatismos oculares, cortes de digestión, cuadros de ansiedad, golpe de calor, arritmias que se tratan en el lugar y se trasladan si son necesarias”.
El éxtasis colectivo más transversal
Cabe destacar también que el equipo de personal técnico sanitario situado en el interior de la plaza son los que se dirigen al paciente, junto con el equipo de bomberos que ayudan a portear al paciente junto con el personal técnico sanitario hasta la tienda hospital, donde el equipo médico les espera. Además, en caso de ser necesario el personal médico, de enfermería y técnico, con mochila de rescate, desfribilador, respirador... se desplazarían también hasta el lugar.
Los recursos se comunican a través de un sistema digital de radio móvil codificado y con u canal específico donde los recursos activos ese día para el dispositivo se comunican entre ellos y con el centro coordinador.