Enebro de China, pino silvestre, arce tridente, tejo japonés, sabina rastrera, haya japonesa y manzano son algunos de los ejemplares de bonsáis expuestos en el Palacio Europa para deleite de los aficionados a está técnica milenaria japonesa y totalmente asentada en Europa.
La muestra, organizada por la asociación de bonsái de Álava, está formada por una selección de bonsáis de aficionados, los tres árboles ganadores en la edición anterior y ejemplares de la colección del invitado de honor, Xavier Massanet.
Concurso
Al concurso se presentan 45 árboles que valora el jurado para la posterior entrega de premios. Son ejemplares tanto autóctonos como importados de Japón y clasificados en tres categorías, por tamaño: shohin (hasta 25 cm), chuhin (de 25 a 50 cm) y dai (más de 50 cm).
En una sala contigua a la exposición, expertos en el arte del bonsái tienen a la venta sus creaciones. Hay bonsáis desde 10 euros hasta un junípero de 2.825 euros y 80 años de vida. También pinos silvestres de 1.950 euros y olivos de 66.
Daniel y Justo, socios de Ikigai bonsái, han traído al mercado entre 60 y 70 ejemplares.
“El precio depende de muchas cosas, del tipo del árbol, de lo trabajado que esté. Lo más importante es tener conocimiento del cultivo, abonado y riego; luego ya del diseño, colocación alambrado, pero es más fácil de lo que la gente se piensa”.
Especies valoradas
Entre las especies más valoradas, destaca Daniel los pinos silvestres, juníperos (coníferas con hoja escamada), olivos, arce típico japonés, “la especie reina de los caducos”, quercus (roble).
“Buscamos ese dramatismo de la vejez que se aprecia en los troncos, la hoja se consigue después. Es la naturaleza en miniatura. Llega un momento en que hay más raíces que tierra; entonces, se saca de las macetas y se podan las raíces, se cambia la tierra y vuelta a empezar”, explica este artista del bonsái.
Al fin y al cabo, “son árboles traídos a una maceta”.
Javier Lumbreras, de Irun bonsái, vende una amplia variedad de frutales del vivero que la firma tiene en la localidad guipuzcoana: naranjo, mandarino, granado... También olmos, pinos, olivos y el junípero de 2.825 euros.
“Todos los árboles pueden ser bonsáis pero, a poder ser, mejor “los de hoja pequeña y mediana y entre nudos cortos”, apunta.
El arte de la maceta
Ismael García es ceramista. Elabora macetas para bonsáis desde los año s 90 en su taller de Ávila. Son todas diferentes, de cerámica gres a alta temperatura y distintos barros y tamaños.
“Por dentro no van esmaltadas, para que el árbol pueda respirar”, detalla. Además, son importantes los orificios pequeños de abajo, especiales para poder meter las alambres, para que el bonsái se agarre a la maceta”, subraya.
Gusta
El del bonsái es un mundo muy pequeño y apasionante en el que pesa la tradición. En general, gusta a la gente, al público, al menos en Álava, como demuestra la cita del Europa, y "los bonsaistas suelen ser muy tiquis miquis, ponen muchos reparos a la hora de elegir maceta”, sonríe Ismael; macetas que muchas pasan de los cien euros, aunque también las hay más baratas.
Maestros invitados
Además, a la cita de este año están invitados el maestro Kenji Oshima, que es, probablemente, uno de los más destacados del momento. Actualmente, trabaja en su jardín, Meiju-en, en la ciudad de Okayama.
Tiene entre 300 y 400 bonsáis en su casa y su empresa está reconocida por la agencia de asuntos Imperial.
También Xavier Massanet, natural de Barcelona y formado en artes decorativas. El maestro ha profundizado en el estudio del valor estético de los objetos, su diseño, sus formas, así como la relación y equilibrio de esos con el espacio que ocupan.
Desde su inicio, siempre le ha llamado la atención la visión de ese equilibrio en el arte y cultura japonesa.
Tinta china
Así como, Michiko Iwakura, una artista japonesa afincada en Tokio y Málaga, que se dedica al arte moderno de la tinta china, además de ser una gran especialista en Ikebana.
El nombre Bokka lo eligió para representar la fusión del espíritu y las técnicas de composición espacial cultivadas en el camino del arreglo floral. Estudió arquitectura en la universidad y lleva más de 50 años ejerciendo como artista floral.