Euskadi tiene registrados 1.562 vertederos incontrolados que entrañan riesgo para la salud pública y medio ambiente, de los que 258 están en Álava, 451 en Gipuzkoa y 616 en Bizkaia. Aparte, hay otros 237 sin documentar y sin ficha, pero con parcela registrada. Estos datos son los que acaba de revelar una herramienta online, desarrollada por Ekologistak Martxan y presentada este martes, que se basa en el inventario del Gobierno Vasco de suelos que han soportado o soportan actividades o instalaciones potencialmente contaminantes.
La define como “evolutiva y colaborativa” porque el objetivo es hacer accesible la información relativa a todos los existentes en la CAV (Comunidad Autónoma Vasca), de manera que cualquier persona pueda consultar su ubicación y peligrosidad asignado, en base a criterios ambientales.
Además, estará en “constante actualización” ya que permitirá hacer aportaciones a las fichas existentes.
Décadas de alertas
Según Ekologistak Martxan, el proyecto nace como respuesta a décadas de alertas ciudadanas e institucionales sobre vertederos abandonados o mal gestionados, que suponen un riesgo para el medio ambiente y la salud pública.
No en vano, advierte de que muchos de los incluidos en el inventario acumulan años de abandono por la gestión irregular y por la falta de intervención.
En concreto, el portavoz de Ekologistak Martxan, Javier Vázquez, dijo que es una “es una asignatura pendiente desde 2008”. Sin embargo, esta “herida ambiental” exige una acción urgente.
Por ello, su ‘mapeo’ pretende visibilizar esa realidad para forzar a las administraciones a actuar, “ya que es necesario caracterizar estos suelos en los que se asientan los mismos, declararlos como suelo contaminado y proceder a su clausura y sellado o regeneración, aplicando las medidas correctoras y de prevención”.
“Conocidos”
Los más peligrosos están en los territorios vecinos. De hecho, a la hora de resaltar la importancia de la gestión correcta de los vertederos, Carlos Alonso, miembro de Ekologistak Martxan, puso como ejemplos los de Bizkaia: Artxanda (Bilbao), Etxe Uli (Santurtzi), Jata (Lemoniz) y Premabi (Sondika).
“Todos estos son perfectamente conocidos por las administraciones desde hace décadas y, desde hace décadas, llevan contaminando sin que se actúe; no es un problema de desconocimiento, sino de falta de voluntad política”, censuró Alonso, que denunció que “cuando se actúa en estos suelos contaminados se hace por un interés económico, como la limpieza de los suelos para el desarrollo de Megapark o la ampliación del aeropuerto en Loiu”.
En Álava
En el caso de Álava, según ese mapa, predominan los de colores naranja y amarillo (los más peligrosos son los de color rojo).
Y luego los hay con pictogramas.
En Arangiz, en una pista que parte de la carretera Arangiz-Mendiguren, hay uno con el de “peligro ambiental”. “En una visita se observó a un camión descargando arena y bloques graníticos con forma de baldosa”, señala su ficha.
En Vitoria es el caso de Gardelegi.
También hay otro con esta calificación en Artaza (en la carretera Foronda-Artaza), pese al cartel de “prohibido verter escombros, remolacha, etc.”, en el que depositan residuos industriales o de construcción.
Otros así, según localiza, están en el centro penitenciario y en el vertedero municipal de Nanclares.
Y en Aberásturi, “con pequeños montones de residuos urbanos e inertes de construcción”. O en la carretera Ullibarri Jauregi-Laminoria, pasando un parque.
También hay pictogramas con una exclamación, que significa “irritante o nocivo”. Están, por ejemplo, en Mandajona, en el entorno del Aeropuerto y en Mendoza, en la pista que parte del pueblo hacia el oeste. También en Egileta (Dulantzi). Pero hay más de este tipo.
Por fortuna, los que tiene el símbolo de la calavera (toxicidad aguda) son contados: Vertedero de Suso (junto a la N-240, hacia la base de Araca) o Llama Gabilondo (Betoño).
Como los del símbolo del fuego (inflamable), como en Alto Lezana (Armiñón), “con fardos de paja, ladrillos, madera y botes vacíos”.