A juicio de los residentes del Casco Viejo de Vitoria, el Campillo (polideportivo y centro cívico), así como el colegio Ramón Bajo, son los edificios públicos donde hay mayor necesidad de reverdecimiento.
Son algunas de las conclusiones de la encuesta del Centro de Estudios Ambientales (CEA) para conocer la percepción actual de la ciudadanía sobre las zonas verdes existentes en este barrio de la ciudad, dentro del proyecto piloto que está llevando a cabo el Ayuntamiento, en el marco del programa LIFE I-P Urban Klima 2050, con el objetivo de mejorar la resiliencia de las zonas urbanas mediante la implementación de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN).
Un proyecto que propone realizar una intervención de reverdecimiento en este distrito medieval, motivo por el que se encargó este estudio para evaluar el impacto de las medidas y conocer la opinión del vecindario al respecto.
Identidad del barrio
De acuerdo al trabajo de campo y análisis realizados por Adimen Investigación, se observa cierta necesidad de recuperar la identidad de barrio entre las personas más jóvenes.
A tal fin, la creación de espacios verdes ofrece una oportunidad, tal y como mencionan las personas encuestadas, dado que entienden que un proyecto de reverdecimiento mejora el atractivo del entorno, la calidad de vida para residentes y la creación de espacios para la interacción social. No en vano, un 56% de las personas hace uso, al menos semanal, de los espacios disponibles en la actualidad.
Indiferencia o inseguridad
En general, el Casco se asocia a emociones positivas, aunque algunos puntos generan cierta indiferencia (El Campillo o Burullería, especialmente) e incluso inseguridad (Los Arquillos y, en menor medida, Nueva Fuera y esquina Correría- Cantón de las Carnicerías).
En el estudio se refleja una percepción clara de que el Casco cuenta con “insuficiente vegetación” (con 3,9 puntos sobre 10). De hecho, “la opinión es negativa entre todos los grupos sociales entrevistados”. Y que la que existe no es muy cuidada, ni por el Ayuntamiento (5,2) ni por residentes (5,3), y muy poco cuidada por no residentes (3,2).
Existe cierto esfuerzo por hacerlo más verde (6,1), aunque este proyecto de reverdecimiento no es muy conocido (28%).
El espacio verde preferido (40%) y más usado (45%) es Jardines de Falerina. Y el más confortable es el de Martín Ttiipia (92%).
Se demanda más vegetación o espacios verdes en plazas (43,5%) y calles (42,5%). El 62% de las personas entrevistadas echan en falta más vegetación. De ellas, la mitad tienen esa percepción en todo el Casco. Por puntos concretos, el entorno de Santa María es el más mencionado por sus carencias a este respecto.
Edificios públicos
De los edificios públicos, aquellos en los que se percibe mayor necesidad de reverdecimiento son, como ya se ha mencionado, los situados en el Campillo (polideportivo y centro cívico), así como el colegio Ramón Bajo. Le siguen la Escuela de Música y Montehermoso. No obstante, “la percepción de ausencia de vegetación no es tan acusada cuando se refiere a edificios públicos”.
Gran apoyo a la estrategia
Aunque el proyecto de reverdecimiento no es muy conocido, existe un gran apoyo a una estrategia que tenga ese fin (92%) por lo que encaja con una aspiración del entorno.
Dentro de la estrategia, se percibe un especial apoyo a jardineras con banco o jardineras bajas.
También se refleja en la disposición a instalar macetas en las fachadas (el 72% muestra disposición a colocarlas). Sin embargo, las enredaderas y trepadoras generan mayor controversia.
Otras respuestas
Entre otras respuestas que figuran en la encuesta, llama la atención que el 53% de las personas no es capaz de destacar ninguna experiencia personal con la naturaleza. Y entre quienes mencionan alguna, el canto de los pájaros es la más frecuente.
Otro resultado revela que el 38% de los encuestados asocian alguna especie vegetal o animal con el Casco Viejo. Palomas y gatos son las principales referencias.