La ONG Acción Norte Vitoria comparecerá este viernes en el turno popular del Pleno municipal para contar las dificultades que tiene esta asociación, compuesta por 23 socios, todos ellos bomberos profesionales, el 95% de ellos del Parque de Gasteiz, para desempeñar las funciones de protección civil a las que quiere dar respuesta, debido a motivos económicos.
“Para que nosotros podamos seguir ayudando, el Ayuntamiento nos tiene que echar una mano”, solicita Juan Carlos Delgado, portavoz de esta ONG cuyos voluntarios se desplazan a varios puntos del planeta para prestar sus servicios y conocimientos en situaciones de emergencias internacionales causadas por fenómenos de la naturaleza que acaban siendo devastadoras. Entre ellos, el terremoto de Turquía, de febrero de 2023.
“El problema que tenemos es que no tenemos ningún tipo de financiación, ni por parte de ninguna empresa ni de ninguna administración, con lo cual, hasta ahora, intentábamos cubrir gastos gracias a la cuota anual de voluntarios y luego, cada vez que hay que ir a catástrofes, pedimos aportar un dinero extra. Cuando eso sucede, hacemos llamamientos para recibir otras aportaciones de particulares”, explica este bombero.
Su ‘colchoncito’
Pero “difícilmente” así llegan a cubrir gastos. Por eso, reclamarán al Ayuntamiento que subvencione a su asociación sin ánimo de lucro, “tal y como ya hace con otras”, para poder contar con un ‘colchón’ económico, muy necesario para acudir a esas emergencias a la mayor brevedad.
“Las catástrofes nunca sabemos dónde van a ser, aparte de que son de un día para otro o menos, porque como nosotros, nos dedicamos al rescate de personas vivas, procuramos estar allí en menos de 24 horas”.
Además, los desastres nunca avisan “y pueden ser en países relativamente cercanos, como Marruecos, al que no fuimos porque no nos dejaron entrar a tiempo. Libia y Turquía fueron asumibles, pero si hubiera, por ejemplo, un terremoto en Nicaragua, que es un país con el que hemos estado dando formación a bomberos, o Asia, en el que coste para llegar allí es mayor, se complica”, argumenta.
Y una cosa, como dice, es pedirle al voluntario una módica cantidad que él mismo elija y otra que aporte un extra de hasta 500-600 euros para ir hasta allí.
Algo que no es de recibo, como dice, por no hablar de que hacer cuentas es lo último en lo que deberían estar pensando estos efectivos para ir a estos sitios, “donde pasamos miedo y vemos miserias. Pero, bueno, lo hacemos con gusto, porque es algo que podemos aportar a la gente que lo necesita”.
Entidad pública
Con la idea de conseguir financiación, hace un tiempo esta ONG se declaró como entidad de utilidad pública.
“Gracias a ello, estamos acreditados para emitir los certificados de las donaciones que hace la gente para que luego desgraven en sus declaraciones de la renta. Conseguimos, de esta manera, agradecer a los voluntarios estas donaciones. Pero, por otro lado, también son pocas las donaciones que recibimos y aún así, eso ya nos conlleva tener que contratar una gestoría para rendir bien las cuentas, pero entre que somos bomberos y no somos contables... No queda otra que recurrir a un profesional y correr con esos gastos de gestoría”.
Aparte, también tienen que hacer frente a los gastos de mantenimiento de su página web. Por eso, pedirán que el Consistorio les auxilie “porque sabemos que concede diferentes subvenciones a entidades y asociaciones, pero no a las de protección civil. Y nosotros somos una ONG debidamente acreditada y con sede social en Vitoria”.
En contrapartida, se ofrecen a dar charlas de prevención de incendios destinadas a salvar vidas y minimizar daños materiales “a cualquier asociación u organización que así nos lo pida”.
Y como en la ONG tienen personal cualificado para rescate de estructuras colapsadas, “y cualquier día puede verse afectado algún edificio en Vitoria”, también se ofrecen a ello: “Puedo poner la mano en el fuego que el personal mejor cualificado para este trabajo son los miembros de la ONG porque periódicamente hacemos maniobras en este campo”, resalta.
No solo gasolina
Asimismo, reclamarán al Pleno que el Ayuntamiento modifique las subvenciones del Fondo Alavés de Emergencia, para que organizaciones de protección civil como la suya, puedan cubrir con él los traslados de su personal hasta el lugar de las catástrofes.
“Ya lo intentamos cuando fue el terremoto de Turquía, pero nos dijeron que al final solo nos cubría los gastos de gasolina, pero cuando sucede una catástrofe así, nuestro gasto es el que se produce por llevar un equipo de rescatistas, de guías caninos y perros en el punto de destino”.
Porque esos viajes hasta allí cuestan dinero. “Cuando fuimos a Turquía, Turkish Airlines, se suele portar bastante bien, y cuando fuimos a Bolivia, por incendios forestales, lo mismo, nos hicieron un precio especial. Pero cuando vas a un país que no tiene una línea aérea propia, no hay ningún tipo de miramiento”, lamenta Delgado.
Aparte que no es fácil reservar billetes de última hora “y encima con complicaciones”, como añade, “ya que vamos con los perros y preferimos que no vayan en bodega, para que no se estresen, porque, según llegan, tienen que ponerse a trabajar, puesto que las primeras horas son primordiales. Y luego, el material que llevamos, como motosierras, que no suelen dejan meter en un avión”.
Vamos, que todo “son peleas y costes”, así que “vamos a ver si nos pueden ayudar también a nosotros”.