Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón han detenido en Zaragoza a dos miembros de una banda itinerante especializada en estafar en cajeros automáticos a personas de avanzada edad y a los que se les imputan hasta el momento 56 delitos en los que se habrían hecho con un botín de cerca de 65.000 euros. Vitoria es una de las ciudades en las que la investigación sitúa la acción de este grupo delictivo.

La banda itinerante actuaba en todo el Estado utilizando el método conocido como 'scalping'

Según ha informado esta Jefatura, el Grupo de Delincuencia Itinerante inició una investigación el pasado septiembre al tener conocimiento de dos hurtos cometidos en días consecutivos, en entidades bancarias de la capital aragonesa, a cuyas víctimas les sustrajeron varios miles de euros utilizando el método conocido como 'scalping'.

Este método consiste en averiguar el número personal de las tarjetas de crédito acercándose a los cajeros por la espalda de las víctimas para sustraerles después la tarjeta. Tras analizar exhaustivamente datos de más de cien casos de hechos cometidos con idéntica forma de actuación, los agentes lograron identificar a dos de los integrantes de lo que conformaría un importante grupo criminal altamente especializado en esta modalidad delictiva.

Dos mujeres, ante un cajero automático. EP

¿Cómo actuaban?

El modus operandi utilizado por los delincuentes, una vez elegida la entidad bancaria, consistía en seleccionar una víctima idónea, casi siempre de avanzada edad, que les permitía ejecutar el delito más fácilmente.

Manipulaban el cajero para que fallase y se ofrecían a ayudar a la víctima, momento que aprovechaban para cambiar su tarjeta por otra idéntica y averiguar la clave de la sustraída

Uno de los delincuentes manipulaba previamente el cajero, modificando su funcionamiento habitual y esperaban a que la víctima se colocase en dicho cajero para que, de manera coordinada, otro de los integrantes del grupo se acercaba a ella para distraerla diciéndole que el cajero estaba dando fallo y con la excusa de ayudarle, coger su tarjeta y, con una gran habilidad y en apenas unos segundos, cambiarla por otra exactamente igual.

Creyendo que la tarjeta sigue siendo la suya, la víctima introducía su código pin, que daba error, y aprovechando ese momento de confusión, otro de los delincuentes veía el código con el que ya tenían acceso a la cuenta bancaria de la que realizaban de inmediato un extracto por la máxima cantidad autorizada antes de marcharse del lugar en un vehículo.

Además de en Vitoria y en Zaragoza, los presuntos autores operaban en Lérida, Santander, Madrid, Granada, Alicante, Segovia, Murcia, Toledo, Pamplona, Bilbao, Burgos, Logroño, Sevilla, La Coruña, Barcelona, Gerona y Tarragona, desplazándose por todas las provincias cometiendo este tipo de delito, según fuentes policiales.