Las fiestas de La Blanca han llegado a su fin y con ellas la locura que se crea en la ciudad. Como todos los años en estas fechas, algunos comercios bajan la persiana para tomarse unas merecidas vacaciones. Sobre todo, en el sector de bares y restaurantes, que han sobrevivido a la batalla campal de las fiestas. Tras el inicio del verano y estos días de no parar, hay locales de Vitoria que quieren un respiro.
Sin embargo, algunas panaderías, fruterías o carnicerías de barrio de toda la vida mantienen sus horarios. La situación prácticamente se extiende por todas las zonas. Incluso, hay más comercios abiertos en relación a otros años.
Cada año más comercios abiertos
Pese a ello, hay rincones vacíos. En el Casco Viejo, la calle Cuchillería está inundada de persianas bajadas. “Yo lo entiendo, los bares han estado durante todas las fiestas trabajando a tope y es lógico que cierren” asegura Mari Luz, vecina de la zona. Ella se topaba ayer con la incertidumbre de si uno de los comercios a los que suele acudir estaría de vacaciones.
“Yo sé que mucha gente abre más después de fiestas, porque hay que atender al turista que llega”
En las tiendas de ropa también han notado la bajada de presión en las calles, sobre todo por el cierre de bares. “Si cierran, hay menos gente alrededor”, indica Ana, de la tienda Koker. Pese a ello, desde este local de moda sí se ha notado que en los últimos años son más los comercios que deciden mantenerse abiertos en agosto para responder a toda la demanda post-fiestas. “Yo sé que mucha gente abre más después de fiestas, porque hay que atender al turista que llega”, explica Ana.
Las imágenes hablan por sí solas, los bares o restaurantes que permanecen abiertos están llenos o con más afluencia de gente. Están cubriendo toda la oferta para turistas o residentes en Vitoria que continúan trabajando o que han decidido no irse de vacaciones.
Como todos los años
A ojos de los vitorianos la ciudad está “como siempre”, con menos masa de gente. “Casi todos están de vacaciones, las farmacias y todo están cerradas”, indica Beatriz, vecina de Vitoria.