Día 7 de agosto, Zoroak Eguna para la cuadrilla más loca de blusas y neskas, que hace honor a su nombre con una cabeza verde con embudo a modo de txapela en su escudo. Es su día grande y DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA les acompaña a lo largo de la jornada.
A pesar de haber trasnochado, el camión de Zoroak llega sobre las nueve de la mañana a Correos y blusas y neskas se afanan en descargar y montar toda la intendencia necesaria para su actividad estrella: juegos infantiles.
Además, hay pintxo-pote solidario para la asociación Afanis, que trae a niños y niñas saharauis a pasar las vacaciones de verano a Vitoria.
“Hay queso, chorizo a la sidra y morcilla, más refresco o vino o sidra o cerveza; todo a dos euros”, enumera Beinat.
Txistularis
A su alrededor, blusas y neskas atienden a los niños y niñas más madrugadores. Unos se apuntan al pinta caras y otros prefieren jugar al Twister.
Iñaki y su hermana Eider se decantan por el taller de chapas, mientras Ane y Olaia se hacen unas pulseras con macarrones.
A la par que montan la barra para repartir los pintxos solidarios, ensayan los txistularis animando el recinto e invitando a todo aquel que pasea por la céntrica calle a entrar en el espacio Zoroak.
“Somos una de las pocas cuadrillas que salimos con txistularis en lugar de con fanfarres; de hecho, solo somos tres: Galtzagorri, Petralak y nosotros”, cuentan con orgullo Unai, Gorka y Beinat.
Mantener la tradición de los txistus es una reivindicación para Zoroak y así lo expresa la cuadrilla en las pegatinas que reparten, con un brazo que sostiene un txistu.
Zoroak: "Estamos muy locos"
7 de agosto
- Juegos infantiles. Pinta caras, Twister, taller de chapas, elaboración de pulseras con macarrones...
- Pintxo-pote solidario. A elegir entre queso, chorizo a la sidra y morcilla, más bebida, a dos euros. La recaudación es para la asociación Afanis, de familias que traen a niños y niñas saharauis a pasar las vacaciones de verano.
- Recibimiento a Edurne y Celedón txiki. A los que la cuadrilla homenajea, baila un aurresku y regala una figura de recuerdo. Después de la bajada, los protagonistas de la jornada se acercan al rincón de Zoroak en Correos y, junto a ellos, decenas y decenas de niños y niñas gasteiztarras.
- Txistu gaua. Por el centro, junto a blusas y neskas de Galtzagorri y Petralak. Son las tres cuadrillas con banda de txistularis.
Zoroak nace a principios de los años 80 de la mano de un grupo de estudiantes de San Cristóbal-Adurza-Los Herrán, cuenta Unai, hijo de Fernando Atxa, uno de los fundadores de la cuadrilla.
Los recursos eran escasos por aquel entonces, lo que no detuvo a la veintena de blusas y diez txistularis pioneros a ambientar el primer paseíllo.
Hoy, son 230 blusas y neskas, de los que cada día toman las calles 170, aproximadamente, más de la mitad neskas, puntualiza Irati.
“Somos una cuadrilla mixta desde el principio”, defiende Gorka. A punto de desintegrarse en los años 90, la cuadrilla superó aquella crisis interna y ahí sigue, ganando adeptos año tras año.
Otra característica que define a Zoroak es, en su opinión, ser una cuadrilla muy joven, con una media de edad de 31 años –interviene Irati–.
“Una cuadrilla muy joven; la entrada de nuevos integrantes es continua y, además, hemos hecho el relevo de forma que, a medida que se apunta gente nueva, los más veteranos nos vamos retirando y dejando que tomen las riendas”, explica Gorka.
En familia
“Somos como una pequeña familia, muy dinámicos, pasamos la mayor parte de las fiestas juntos, incluso celebramos unas olimpiadas entre nosotros”, añaden Etna e Irati mientras descansan con un refresco, cansadas y con los pies doloridos. “No hemos dormido mucho”, comentan.
Hacia el mediodía, Zoroak recibe la visita de Edurne y Celedón txiki.
Es el recibimiento y homenaje de la cuadrilla a la pareja protagonista del día a la que bailan un aurresku y entregan una figura de recuerdo para que nunca olviden que en La Blanca 2024 fueron el espejo en que mirarse para todos los txikis de Gasteiz.
Visita de Edurne y Celedón txiki
Al igual que para la mayoría de blusas y neskas, para los integrantes de Zoroak el 5 de agosto, el día de la patrona, es el mejor de las fiestas, por ser el primer día que toman las calles y que realizan la primera ofrenda a la Virgen Blanca.
“La gente sale con ganas y eso que ya vienes desgastado de la víspera, de la bajada de Celedón”, señala Beinat. No obstante, para esta cuadrilla, el día 7, el de los txikis, es especial, por su entrega a los más pequeños en los que vuelcan toda su actividad.
Cuadrilla Zoroak
- Blusas. Blusa azul marina, camisa blanca, pantalón milrayas, faja roja, pañuelo a cuadros y txapela negra, salvo el día 9 que salen con un embudo en la cabeza; el mismo que lucen en su escudo sobre una cabeza verde haciendo honor al significado de su nombre: locos.
- Neskas. Este año han decidido uniformar sus faldas, así que lucen conjuntadas con los blusas falda a rayas rematada en morado, camisa blanca y chaleco azul marino.
- Escudo. Embudo sobre una cabeza verde e ikurriña sobre la bandera de Vitoria de fondo.
- Pegatina reivindicativa. Un brazo que sostiene un txistu, ya que son una de las tres cuadrillas que salen a la calle con txistularis en lugar de fanfarres.
“También el día 9 porque todos los años organizamos el entierro de Celedón, una especie de procesión de despedida de La Blanca desde la Virgen Blanca hasta el Caminante, con muerto y todo; velas, aurresku...".
Además, "ese día es el que salimos con el embudo en la cabeza que identifica a la gente de Zoroak, antes vestíamos así todos los días”, comentan Unai, Gorka y Beinat a punto de compartir mantel.
“Vivimos mucho las fiestas en cuadrilla, casi todos los días hay comidas o cenas con unos y con otras, pero hoy tenemos una cena a lo grande en el Canciller”, indica Beinat.
“Somos una cuadrilla muy joven y, a medida que entra gente nueva, los veteranos nos vamos retirando y les dejamos que tomen las riendas”
Txistu gaua
Se animan a medida que avanza el paseíllo. La fiesta continúa para los de Zoroak.
Entre cánticos, saltos, bailes, kalimotxo va y cerveza viene, blusas y neskas no dejan que el paso de las horas haga mella en sus rostros porque para eso son el alma de las fiestas de Vitoria.
“Hoy acabaremos a las tres o cuatro de la madrugada, ya que tenemos txistu gaua por el centro con los de Margolariak y Petralak; desde las 8.30 horas ya está bien”, sonríe Beinat.