La pandemia marcó un cambio de costumbres en el ocio vitoriano. De la noche a la tarde. Porque, desde entonces, Vitoria vive el conocido como tardeo. Un fenómeno más que consolidado entre jóvenes y veteranas generaciones que aviva el ambiente en distintas arterias céntricas de la ciudad.
Sin ir más lejos, las siete de la tarde de un sábado aparentan ser las tres de la madrugada en el interior de locales de calles como Mateo Moraza o Casco Viejo. Al igual que Sancho el Sabio, que no se queda atrás en esta moda, pues se oscila un este concepto las majestuosas terrazas que presentan los establecimientos de esta concurrida calle.
Un tipo de ocio que “ya venía como tendencia”, en palabras del actual presidente de SEA Hostelería, Juan Carlos Antolín, también propietario de locales como Kobatxa o Kotarro. “Antes, los que salían por la tarde a tomar unos vinos se recogían y después salían otros, normalmente gente más joven que salía más tarde ya fuese para cenar o incluso después”, apostilla Antolín.
“Sí que es cierto que, dependiendo de la edad, la gente por las noches se retira pronto porque lleva desde el vermut, comida y demás"
Ahora, se crea “una mezcla”; un cóctel de vinos, pintxos y cubatas. “Sí que es cierto que, dependiendo de la edad, la gente por las noches se retira pronto porque lleva desde el vermut, comida y demás”, concreta.
En este contexto, el empresario hostelero considera que el tardeo “tiene su parte buena” para aquellos locales que pueden exprimir esa franja horaria y "otra mala" para los pubs y discotecas”. Principalmente, porque la clientela puede retirarse antes de llegar a estos espacios de ocio nocturno o permanecer menos tiempo.
El reto de comer un sábado
"Comer en Vitoria un sábado es muy difícil si no lo coges con tiempo"
Sentarse a mesa puesta un sábado es todo un reto en la capital alavesa. “Las comidas han ganado terreno a las cenas. Una barbaridad”, expresa. Y de forma ostentosa. “Comer en Vitoria un sábado es muy difícil si no lo coges con tiempo. Nadie se queda sin comer, eso es evidente, pero está muy difícil”, asegura. “El local que tiene una buena ubicación y un buen concepto, va a trabajar sí o sí”, afirma.
"Se están empezando a ver más despedidas de gente de fuera"
Las cenas, en cambio, señala que están más destinadas a “celebraciones, despedidas, cenas de empresa o algún día más puntual”. De hecho, parece ser que la capital se ha convertido en un buen lugar para despedir la soltería, puesto que cuadrillas de amigos y amigas la escogen como escenario de celebración. “Se están empezando a ver más despedidas de gente de fuera”, comenta el representante de los hosteleros.
Depender del tiempo
Un junio atípico —en lo que a la climatología respecta— ha bajado las expectativas hosteleras del inicio de verano. Porque para la hostelería, al igual que “para los agricultores”, “el tiempo es muy importante”. “Hemos tenido un invierno muy bueno que se alargó bastante en el tiempo, pero el verano está siendo lo contrario, porque el tiempo no acompaña”, anota.
De cara al resto de la temporada estival —julio y agosto, principalmente— las previsiones parecen ser favorables, en parte por la llegada de turistas. “Cuando viene gente de vacaciones a la ciudad se nota. La ocupación hotelera es bastante buena, ahora mismo está en el 49,4% en julio y se prevé que llegue al 87%”, desvela remarcando que se trata de “previsiones”, expone.
Asimismo, la vista también está puesta en La Blanca, sobre todo, en los dos días más grandes de los festejos. Este año, el calendario festivo marca el 4 como domingo y el 5 lunes, aunque, como indica Antolín, “el día 3 habrá trabajo, porque la gente se queda en Vitoria para empezar las fiestas”. Al igual que todos los años, “se espera que sean unos días muy fuertes de trabajo”. También el día 9, “porque la gente reaparece para despedir las fiestas”.
Problemas del sector
"Es lo habitual y lo que estamos esperando durante todo el año. Es cuando más se trabaja"
Los meses estivales suponen la principal fuente de ingresos para el sector hostelero, gracias al flujo de visitantes y la permanencia de los locales en la ciudad. “Es lo habitual y lo que estamos esperando durante todo el año. Es cuando más se trabaja”, remarca el empresario local.
Sin embargo, es precisamente en esta temporada cuando la problemática de falta de personal es más evidente. Una situación que “se repite” cada año y, este 2024, “con mayor intensidad”.
“Ahora mismo, la falta de personal en todos los sectores es importante, pero en hostelería es brutal. Estamos viendo comercios que cierran a días o turnos, dependiendo de la franja horaria. Vamos a sufrir bastante estas fiestas”, valora.