La Audiencia de Álava ha condena a 10 años de prisión a dos varones acusados de quemar la cara con un aerosol y un mechero a dos hombres que vivían en la calle en Vitoria, al considerar que son autores de dos delitos de homicidio intentando con la atenuante de drogadicción y la agravante de abuso de superioridad.

En una sentencia, fechada el 14 de marzo, la Sección Segunda de la Audiencia de Álava estima probado que sobre las 14.30 horas del 16 de octubre de 2019, los dos condenados, que responen al nombre de Jonathan y Mikel, puestos previamente de acuerdo, se aproximaron en la céntrica plaza del Renacimiento de Vitoria a una de las víctimas, que tenía 60 años en el momento del ataque..

Con intención de menoscabar su integridad física y "asumiendo que podían acabar con su vida", lanzaron contra su cara un espray de pintura azul al mismo tiempo que acercaban un mechero encendido, lo que produjo "una llamarada en la cara y la cabeza" de esa persona.

A continuación, la sentencia relata que hicieron lo mismo con otra persona, de 57 años, a la que encontraron en las cercanías. Concretamente en la calle Rioja. Mientras uno de los procesados le roció la cara con un espray de pintura, el otro sacó de su mochila un mechero y tras varios intentos provocó una llamarada en la cara y en la cabeza de la víctima.

Quemaduras de segundo y tercer grado

 Los heridos tuvieron que ser hospitalizados con quemaduras de segundo y tercer grado en cara y cuello, y sufrieron afección en las vías altas del aparato respiratorio que les produjo un "edema importante de glotis, que sin el tratamiento adecuado hubiera podido ocasionar la muerte".

Una de los dos víctimas murió en noviembre del 2020 por causas ajenas al ataque, mientras que la otra no ha acudió al juicio.

El tribunal considera en la sentencia que en el juicio por estos hechos se desplegó una "sólida" prueba de cargo para condenar a los dos acusados como autores de ambas agresiones.

Los dos condenados durante una sesión del juicio celebrado en febrero EFE

Estima además que ha quedado acreditado que los procesados "conocían que con su actuar ponían en peligro la vida" de ambas víctimas, ya que fueron ataques "inopinados y sorpresivos" dirigidos a "zonas vitales y con instrumentos peligrosos".

Cualquiera "sabe que si prendes fuego en la cara y en la cabeza de una persona puedes causarle la muerte", precisa el fallo.

Atenuante de drogadicción

 El tribunal sí estima acreditado que los dos acusados eran grandes consumidores de alcohol y de otras sustancias estupefacientes y que, según los informes presentados en el juicio, ambos tenían restos de consumo de benzodiacepinas en los días previos.

Sin embargo, también precisa que ha quedado probado que el día de los hechos "no estaban especialmente afectados" y que por lo tanto "eran conscientes de lo que estaban haciendo".

Así, en base a las pruebas practicadas, explica que los acusados "pudieron sufrir una disminución de sus facultades cognitivas y volitivas" y estima la atenuante simple de drogadicción.

Por otro lado, considera probada la agravante de abuso de superioridad que reclamó la Fiscalía porque los procesados "aprovecharon su superioridad, al actuar conjuntamente contra cada una de las víctimas utilizando instrumentos peligrosos para la vida, como la pintura y el mechero, que al usarlos juntos favorecen la ignición", y además las víctimas "estaban totalmente desprevenidas".

"Ambos participaron en la agresión física y asumieron las consecuencias de lo que hacían siendo irrelevante quién encendió el mechero o roció con la pintura a las víctimas", resume la Audiencia en una sentencia que no es firme y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Testimonio clave de policías municipales

Durante el juicio, los dos condenados aseguraron que no se acordaban del ataque a la primera víctima, Jorge, pero el suceso fue presenciado a "veinte o treinta metros" por policías municipales, que declararon en el juicio como testigos y corroboraron que los acusados primero estaban tomando cervezas y eran conocidos de los agentes.

"Nunca he llegado a estar con ellos sobrios, no son personas con coherencia. Se estaban riendo con el spray", hasta que se produjo el ataque,comentó una policía en el juicio.

En el ataque estaban juntos los dos acusados, aunque uno de los policías testigos precisó que fue Jonathan el autor de este primer ataque con el spray y un mechero, a unos setenta centímetros de la víctima. También pintaron a otra persona, otro indigente apodado 'El polaco', que estaba allí, sin herirle.

Al ver la llamarada los acusados huyeron y mientras los policías atendían al primero e iniciaban la persecución, los dos acusados pasaron por la calle Rioja, donde se produjo el segundo ataque, a otro indigente, Francisco Javier, que estaba sentado en la calle, al que se encontraron de manera fortuita y conocían "del comedor social y de los bares para beber alcohol".

En este segundo ataque, Jonathan acusó a Mikel de ser el que roció con pintura a la víctima. Mikel, por su parte, reconocío en el juicio que estaba "jugando con un mechero para asustarle" pero no se acuerda de que le prendiera la cara. El ataque fue grabado en video por un testigo.