La Fiscalía ha confirmado la petición de 18 años de prisión para cada uno de los dos acusados de quemar la cara a dos "sintecho" en Vitoria, tras escuchar a los forenses que han asegurado en el juicio que las dos víctimas podían haber fallecido al sufrir un edema de glotis.

La Audiencia de Álava ha celebrado la segunda y última jornada del juicio contra estos dos jóvenes, Jonathan y Mikel, acusados de quemar la cara a dos 'sintecho' de 57 y 60 años con un espray y un mechero a modo de lanzallamas, el 16 de octubre del 2019, en dos ataques seguidos. El caso ha quedado visto para sentencia.

Una de los dos víctimas murió en noviembre del 2020 por causas ajenas al ataque, mientras que la otra no ha acudido al juicio.

Antes de que comenzara la vista, la Fiscalía acusaba a los dos jóvenes de sendas tentativas de homicidio y reclamaba 18 años de prisión para cada uno. Este miércoles, tras la declaración de los forenses que han confirmado que hubo un "riesgo importante" de fallecimiento, ha mantenido su calificación de tentativa de homicidio.

Las dos víctimas sufrieron un edema importante de glotis, de manera que sin los servicios sanitarios, que les intubaron para colocarles respiración mecánica, hubieran podido fallecer, han explicado en el juicio los forenses.

En sus conclusiones, el fiscal ha considerado que se han acreditado las dos agresiones, la primera con testigos directos -policías municipales- y la segunda grabada en un vídeo, que ambos participaron en los ataques, que pudieron haber ocasionado la muerte y que se fueron "tranquilamente" después de los hechos.

Para el fiscal, "aquello no era una broma", como sostienen los acusados. "No se discuten las enfermedades que tienen, el alcoholismo crónico, pero los policías nos dijeron que en el momento de los hechos estaban en su sano juicio. Las imágenes muestran que saben lo que están haciendo, y andan normalmente, sin titubeos".

Por ello, ha mantenido la calificación de tentativa de homicidio, con el agravante de superioridad, al ser mucho más jóvenes que las víctimas.

La defensa de Mikel ha alegado que este sufre adicción al alcohol, tiene discapacidad intelectual y actualmente está en un centro psiquiátrico, y la de Jonathan, que también sufre un consumo de alcohol grave y ha estado tratado en centros de salud mental "con resultados muy discretos", según ha admitido en el juicio un psiquiatra que le ha atendido.

Por eso, la defensa de Mikel ha admitido en sus conclusiones que es "obvio que los hechos tienen que tener una consecuencia, porque son graves", pero ha matizado que a Mikel se le debería aplicar una eximente completa y ser inimputable o semiimputable, porque "necesita ayuda para su propia recuperación".

Tentativa de homicidio

"No hubo ánimo de matar", ha dicho, por lo que ha solicitado que se califiquen los hechos como lesiones, con tres atenuantes, de arrepentimiento, haber obrado bajo la influencia del alcohol y tóxicos y procedimiento indebido, al haber pasado cuatro años.

La defensa de Jonathan ha coincidido en que no hubo tentativa de homicidio y ha resaltado que "no tiene ninguna lógica intentar un homicidio a plena luz del día y delante de unos policías municipales". Ni siquiera hubo ánimo de "generar unas lesiones" y ha habido arrepentimiento, ha añadido.

Por ello, ha pedido la absolución de los dos delitos de tentativa de homicidio y, si el tribunal lo considera, ha reclamado un delito de lesiones para solo uno de los ataques, con las atenuantes de alcoholismo y de reconocimiento de los hechos.

En la intervención final, los dos acusados han pedido perdón a las víctimas y a sus familiares, y han asegurado que no querían causar lesiones a nadie.