La iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga será en un futuro cada vez más cercano la casa del Memorial del 3 de Marzo.

Una mayoría social y política coincide hoy en que no podía haber sido de otra manera, pues el templo, desacralizado y cerrado al culto desde el año 2014, fue el escenario mismo de la página más negra de la historia local reciente.

Sin embargo, el camino hasta aquí no ha sido rápido ni fácil, como tampoco se presenta la reforma que la iglesia necesitará antes de su adecuación como espacio de memoria. 

Inaugurado en 1970, seis años antes de la masacre de la que mañana se cumplen 48 años, el templo proyectado por el arquitecto Luis Peña Ganchegui se encuentra a día de hoy muy deteriorado por la falta de mantenimiento, según constató un informe encargado por el Instituto vasco de la Memoria (Gogora) al estudio Makla y que vio la luz en enero de 2022.

Además, a lo largo de este medio siglo largo la iglesia ha sido objeto de numerosas intervenciones que han cambiado su aspecto original. 

Desperfectos en la iglesia de San Francisco de Asís. Jorge Muñoz.

Al margen de las obras que deberán llevarse a cabo en la estructura y la envolvente del edificio, que es lo más apremiante, el templo va a requerir también distintas actuaciones paralelas en materia de accesibilidad o de protección contra incendios.

Todas ellas requerirán según este estudio una inversión superior a los 900.000 euros –sin IVA– y “ocho o diez meses, fácil”, para su completa ejecución, según pronostica Zuhaitz Etxabe, codirector de Makla, en conversación NOTICIAS DE ÁLAVA. “Se ha hecho algún parcheado frente a las goteras, pero ese mantenimiento ha sido cero”, apunta de nuevo Etxabe.

“Se ha hecho algún parcheado frente a las goteras, pero el mantenimiento ha sido cero”

Zuhaitz Etxabe - Arquitecto, codirector del estudio Makla

El arquitecto también es partícipe de la eliminación de los muros interiores de hormigón que circundan la iglesia, instalados en 1980 a petición del Obispado para poder disponer de estancias separadas, y recuperar su “imagen primitiva”.

Las miradas, pero también las preocupaciones por el precario estado de la iglesia, se han detenido por fin en un complejo durante mucho tiempo abandonado a su suerte. En los últimos años ha sido el hogar permanente de una exposición de belenes y ha acogido también visitas guiadas a cargo de la asociación de víctimas Martxoak 3. 

"Da un poco de pena"

La arquitecta Rocío Peña, una de las hijas del autor del templo y también directora del archivo Peña Ganchegui, lo visitó por última vez en 2020, poco antes de la pandemia, en el marco de la Bienal de Arquitectura de Euskadi. Y reconoce ahora que lo que vio “da un poco de pena”.

“Los arquitectos que hicieron el estudio podrán contestar mejor, pero lo más importante en un edificio siempre es la cubierta, lo más delicado. Y en este caso, lo que más problemas puede dar es el lucernario, porque no se ha hecho ninguna reparación ni mantenimiento en años”, apunta Peña. “Seguramente, lo que esté en peor estado sea el lucernario”, apostilla.

Aspecto exterior de la iglesia, con el vallado y el antiguo foso tapado desde hace años. Josu Chavarri Erralde

Toca preguntar, pues, al también socio fundador de Makla, quien corrobora que la envolvente del edificio está “muy mal”, con múltiples roturas y desplazamientos. Casi el 90% de la fachada y el tejado del edificio es pizarra y el 10%, ventanas. “Habría que arreglarlo entero, no por zonas”, señala Etxabe.

A este problema se unen el deterioro de los tableros aglomerados, que presentan filtraciones, así como el mal estado en que se encuentran los pilares de hierro del edificio, que funcionan como bajantes de agua, erosionados y oxidados por el paso del tiempo.

Dado que sobre ellos se apoyan los faldones de la cubierta hasta la cimentación del edificio, el informe insta a prestar “especial atención” a este aspecto, pues incluso existe “riesgo de colapso”. 

Exterior del templo, que en los últimos años ha acogido una exposición de belenes. Jorge Muñoz

Accesibilidad y seguridad

Junto a estas intervenciones urgentes, Etxabe alude a la necesidad de eliminar los tres peldaños situados en el acceso al templo y a la sustitución de la puerta de entrada.

Los baños “tampoco cumplen” en materia de accesibilidad, aunque habrá que esperar al diseño futuro del Memorial ya que podrían ubicarse en otro lugar.

En lo que toca a la recuperación de la imagen primigenia de la iglesia, y al margen de los muros interiores, el arquitecto llama la atención sobre el viejo foso que rodea el templo, que servía como balsa de agua y fue tapado años después. Igualmente, ve “recomendable” eliminar las vallas exteriores.

Aspecto original de la iglesia.

Aspecto original de la iglesia. Archivo Peña Ganchegui

Peña también está “totalmente de acuerdo” en la supresión de los muros interiores, aunque recuerda que su padre dio el visto bueno a su colocación pese a ser siempre partidario del diseño original del espacio.

"Todos esperamos que el Memorial sirva para transformar el templo en un espacio vivo"

Rocío Peña - Directora del Archivo Peña Ganchegui

La arquitecta también ve “gravísimas” intervenciones posteriores como las que se llevaron a cabo para desmontar el altar o la pila bautismal, elementos que habían sido diseñados ex profeso para el templo. “Hay mucha intervención y necesita una gran limpieza”, sintetiza.

Una oportunidad

La directora del Archivo Peña Ganchegui espera, como “todos”, que el futuro Memorial “sirva para transformar el templo en un espacio vivo”.

Tal y como fue concebido por su progenitor, como una suerte de “ágora” y “espacio de comunicación”.  

En primer plano, un viejo confesionario de la iglesia.

En primer plano, un viejo confesionario de la iglesia. Archivo Peña Ganchegui.

Mucha gente lo desconoce, pero la iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga constituye una joya patrimonial única de Gasteiz cuya recuperación se hace también obligada por este motivo. Diseñada por Luis Peña Ganchegui y construida entre 1969 y 1970 con un estilo brutalista, San Francisco es un ejemplo excepcional de la arquitectura moderna propia de la época, marcada por un proceso aperturista de la Iglesia Católica que tuvo su reflejo en el propio diseño de los nuevos templos. Una década antes ya se habían construido en la ciudad otras dos iglesias con diseños vanguardistas: tanto la de Los Ángeles, obra de Javier Carvajal y José María García de Paredes, como la de Coronación, de Miguel Fisac. La Bienal de Arquitectura de Euskadi celebrada en 2020 puso en relación los tres edificios en el marco de la exposición Hiru Eliza. Arquitectura sacra revisionista en Vitoria-Gasteiz. 

Rocío Peña, directora del Archivo Peña Ganchegui e hija del arquitecto, pone voz a la importancia del espacio destinado a acoger el Memorial del 3 de Marzo. “Es el único templo que diseña Luis Peña Ganchegui en toda su carrera, lo cual ya lo hace único. La iglesia se enmarca en el concilio Vaticano II, que tiene lugar alrededor de 1960 y supuso una gran reforma dentro de la Iglesia. Pretendía reconectar con la sociedad y el mundo moderno y que los fieles tuvieran más participación. En esta iglesia esa idea se llevó al extremo”, detalla Peña. 

El arquitecto se inspiró en la céntrica Plaza Nueva de Olaguíbel para dar vida al templo de San Francisco. “La idea era construir un lugar de comunicación y diálogo, como un ágora. Similar a esa plaza, pero cerrada, con un gran lucernario”, recuerda la directora del archivo. Peña Ganchegui también empleó en la construcción elementos, como la pizarra, que ya habían sido utilizados en su predecesora iglesia de Los Ángeles. 

“Es una obra del mayor exponente de la arquitectura moderna vasca”, apunta por su parte Zuhaitz Etxabe, codirector del estudio Makla que realizó el estudio sobre el estado actual del templo. “Era una iglesia muy moderna para su época y desde luego muy rara de encontrar entonces”, apunta el especialista. Materiales desnudos, elementos estructurales sobre el diseño decorativo y hormigón como material constructivo básico son sus principales rasgos.