La mente puede ser un rival difícil de tratar. Y, las redes sociales, que se alimentan de millones y millones de perfiles sin cesar, no es que sean precisamente el mejor aliado en lo que al terreno del bienestar psíquico respecta. Sobre todo, en la población joven, donde el uso de plataformas digitales como Tik Tok o Instagram es más que un simple entretenimiento inofensivo.

En el trato con adolescentes se desenvuelve en el día a día Mertxe Acosta, psicóloga del colegio San Viator de Vitoria, quien ha compartido con este periódico su visión en relación a esta cuestión. “Es una pasada”, comienza. “Y una adicción. No pueden estar sin mirar el móvil en un periodo corto de tiempo”, afirma.

Y no solo eso, sino que, el reto de acumular likes en fotografías o vídeos, también es un ingrediente perjudicial para la mente de estos jóvenes. “Me gustas, comentarios, seguidores... los jóvenes están en constante competitividad”, destapa Acosta.

En este sentido, el contenido publicado por influencers o instagramers es sus respectivos perfiles es muy influyente, también para mal. “Estas personas manifiestan en sus redes un buen escaparate que no es para nada real, pero es lo primero que se ve en la imagen”, señala la psicóloga. “Nos pintan una realidad que es ficticia”, añade.

Efectos para la salud

“Les produce muchísimo estrés, ansiedad, problemas de comunicación; incluso aislamiento y fobia social”

Lo cierto es que, lejos de ser herramientas destinadas al ocio y disfrute del tiempo libre, las redes son una maquinaria capaz de condicionar el estado de ánimo de estos jóvenes de una forma nociva. “Les produce muchísimo estrés, ansiedad, problemas de comunicación; incluso aislamiento y fobia social”, apunta Acosta. “Se cobijan en su habitación viendo sus series o sus redes y solo se comunican desde su espacio. A la hora de salir al exterior, no saben cómo afrontarlo”, explica.

Y no solo eso, también pueden llegar a ser el detonante de una trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Una problemática grave que, a pesar de ser más común entre chicas, Mertxe asegura que también se dan casos en chicos, a raíz de lo que ven diariamente en sus pantallas.

Ámbito educativo

“Creo que tenemos que estar concienciados familias, escuelas y la sociedad en sí; porque se nos está yendo de las manos”

Asimismo, no hay que olvidar las consecuencias que siembran en el terreno de educativo. Precisamente, desconcentración a la hora de estudiar que puede derivar incluso en un fracaso escolar. “Sobre todo en jóvenes que presentan una estructura de la personalidad que no está formada; que son muy influenciables”, expone.

Aún y todo, la psicóloga insiste en que las redes no son una problemática cerrada solamente a la población joven; sino que se trata de “un problema social”. “Creo que tenemos que estar concienciados familias, escuelas y la sociedad en sí; porque se nos está yendo de las manos”, concluye.