Un día después de la marcha desde Agirrelanda por el centro de la capital alavesa que realizó la plantilla de Tuvisa con sus propios vehículos, el presidente de esta sociedad municipal de autobuses urbanos de Vitoria atiende a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para aclarar en qué punto está la negociación de este conflicto que seguirá el viernes con más paros parciales de cinco a nueve de la mañana.

Cuando en julio fue elegido presidente de Tuvisa, ¿pensó que un conflicto así podría llegar a ocurrir?

Aunque no está en mi mano que esto pase, evidentemente, era una situación que podía ocurrir porque un mes antes de las elecciones convocaron una asamblea pero votaron en contra. Y hace cuatro años, en las elecciones de 2019, también se planteó, pero se desconvocó porque las condiciones eran asumibles. Cada vez que hay unas elecciones se plantean huelgas, no es novedoso.

¿Confía en que las negociaciones desactiven la huelga de marzo?

Insisto en que no las convoca ni la Administración ni empresa, depende de ellos que se paralicen las movilizaciones. El Ayuntamiento ha negociado y flexibilizado posturas. En cuatro o cinco aspectos hay acuerdo completo, pero si se piden cosas imposibles… Si son flexibles, va a haber acuerdo.

¿Sigue teniendo “disponibilidad para realizar todas las reuniones que haga falta”?

Sí, pero, insisto, en que esto no va a depender de mí, sino también de la otra parte. Hay tres líneas (la 4, la 5 y la 3-9) que se han acordado reforzar y que en torno a octubre, cuando lleguen los nuevos buses, podremos reforzar nuevas líneas. Ahí hay margen de acuerdo razonable en cuáles hacerlo. 

¿Hay fecha para una nueva reunión?

Entre esta tarde (por la de este jueves) o mañana (por el viernes) vamos a pasar la cuarta oferta por escrito y a partir de ahí, estaremos en disposición para una nueva reunión y ver si es posible cerrar acuerdo.

¿En qué consiste esa nueva propuesta? ¿Puede avanzar en qué se va a traducir esa mejora?

Entiendo que me lo preguntes, pero los trabajadores tienen que ser los primeros en conocerla, pero pretende mejorar la anterior y acercarnos a sus peticiones.

Uno de los grandes desacuerdos es por el fichaje y por esos tiempos que no se computan a las entradas y salidas, que ellos dicen que pueden ser desde 15 hasta los 25 minutos.

El convenio actual dice que la jornada de cada trabajador sea de 8 horas, aunque la media es de 7 horas y 50 minutos y se les contabiliza 8 horas de promedio. Puede que si hay más tráfico, lleguen más tarde a cocheras. En cualquier caso, se puede hablar de todo, pero decidir fichar cuando uno quiere es implanteable. Que el control horario dependa de la voluntad del trabajador, no pasa en ningún lado. Y todo lo que se pasa de esas 8 horas genera más días de libranza.

La plantilla insiste en que el problema de origen se debe al diseño de las líneas que hizo Salvador Rueda en 2009, porque con el paso del tiempo se han alargado más manteniendo mismos horarios y también se han puesto muchas zonas 30.

La línea que tiene peor tiempo de regulación por turno es la 5 en este momento y en este caso, que es el peor, en las 7,5 horas que un trabajador tiene de turno, descansa una hora y 10.

La alcaldesa declaró hace una semana que son conscientes del buen convenio y condiciones que tienen.

He sido concejal de Recursos Humanos y, notablemente, su convenio es el mejor de todo el Ayuntamiento de empleados públicos. De eso, no hay dudas. Es legítimo que quieran mejorarlo, pero no tienen que ser mejoras estratosféricas, sino sencillas, pequeñas, en mi modesta opinión. De lo contrario, es ser poco realista. Las condiciones retributivas de Tuvisa, en comparación con los del sector del transporte de autobús, son notorias. Hace años que no se conoce a empleados de Tuvisa que se hayan ido a otros transportes de bus. Todos tienen tres meses al año entre vacaciones y libranzas y eso no pasa en el resto del Ayuntamiento. 

Sindicatos y plantilla han denunciado la externalización de varios servicios públicos ligados a Tuvisa “para ahorrar” sin que se priorice dar un buen servicio ni ningún otro motivo más allá de lo económico…

Tengo un informe del servicio de grúas nocturnas, de noviembre a enero, que demuestra que en menos de 30 minutos acude tras el aviso policial. Yo puedo defender que voy a pagar más por dar un servicio, pero otra cosa es pretender que cueste más del doble. Eso es absurdo y todo por un complemento absolutamente desproporcionado. Es el de nocturnidad que en su día se pensó para el servicio de gautxori, que equivale a unos 500 euros por fin de semana. Lo que ocurre es que cuando se presta ese servicio de gautxori es uno al año, pero pretender aplicar ese complemento a todos los servicios nocturnos, es una distorsión tremenda. En grúas nocturnas, que son todos los fines de semana, sería 215.000 euros al año, frente a los 90.000 al año con la empresa contratada, y en el de parking, pasaría de los 25.000 actuales a 87.000. ¿Cómo puedo justificar pagar más del doble?