Frenar y luchar contra el calentamiento global continúa siendo una de las prioridades de la Agenda 2030 y de todas las instituciones públicas. Es el momento de buscar las soluciones y paliar las graves consecuencias del calentamiento global, una situación de carácter prioritario para todas las instituciones a nivel mundial pero también es una cuestión social donde se debe instar al cambio de manera comunitaria. Reciclar, utilizar más el transporte público u optar por la energía renovable son solo tres de las posibles medidas al alcance de los ciudadanos para contribuir en el bienestar del medio ambiente.
Una comunidad de vecinos de Llodio se ha convertido en noticia esta semana por el impulso que han dado por el medio ambiente. Guiados y aconsejados por el administrador Juan José Sánchez, esta comunidad ha tomado varias decisiones para contribuir en la reducción de gas y lo curioso es que ni un solo vecino se ha negado a los cambios, convirtiéndose así en una de las comunidades principales de Álava donde de manera conjunta y con unanimidad absoluta han tomado la decisión de pasarse todas las viviendas juntas al Aislamiento Smart, una propuesta de Iberdrola que garantiza la reducción del consumo de calefacción y refrigeración, que este es con diferencia el mayor consumo de energía de los hogares. “Estamos encantados, hemos hecho lo cambios y no ha habido ni una sola queja vecinal”, explica el administrador en este periódico. La propuesta la realizó el propio administrador poco después de entrar al cargo.
Fue el boca a boca lo que le animó a pensar en la opción de hacer las obras y animarse al cambio: “Conozco a bastante gente que han apostado por este aislamiento, lo propuse y, tras las obras, no ha habido ni una sola queja”, dice. Así, recientemente, por primera vez unos vecinos de Llodio se han puesto de acuerdo para acometer dentro de su comunidad de propietarios la mejora en el aislamiento, contratando 15 de las 20 viviendas de la comunidad el producto Aislamiento Smart. Este aislamiento está destinado a reducir el consumo de calefacción y refrigeración que es con diferencia el mayor consumo de energía en los hogares, superando en ocasiones más del 70% de la energía que consume un hogar. Esto ha permitido a los vecinos beneficiarse de un descuento en el precio final, ya que van realizando la mejora a un ritmo de aproximadamente dos viviendas por día.
Durante el proceso los vecinos han tenido a su disposición el asesoramiento en el punto de atención al cliente Iberdrola de la localidad, y como resultado por un precio que en función del tamaño de la vivienda oscila entre los 1200 euros y 1600 euros se van a beneficiar de una mejora en sus viviendas que puede llegar a reducir los consumos de gas hasta un 40% en las viviendas construidas entre 1960 y 1980 y que carecen completamente de aislamiento. Además, desde Iberdrola se ha facilitado la financiación de hasta en 12 meses sin intereses (sujeto a aprobación por parte de la entidad financiera) de la operación a los vecinos que así lo han solicitado. El edificio en cuestión data de 1975 y por lo tanto se encuadra en la tipología de viviendas que tienen un elevadísimo potencial de mejora. La eléctrica monitoriza la variación en el consumo destinado a calefacción de las viviendas que han realizado la mejora de aislamiento en sus viviendas con el producto Aislamiento Smart, observándose reducciones que son especialmente notables en las viviendas que carecen de aislamiento previo, especialmente las construidas entre 1960 y 1981.
En concreto en casos de viviendas similares por año de construcción y tamaño en Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, se estima que una vivienda de unos 85m2 que pueda estar consumiendo 9500 kWh/año, podría reducir su consumo alrededor de 3000 kWh/año. Por lo tanto, la intervención sobre el conjunto de estas 15 viviendas supondría, además del ahorro económico para los clientes, una reducción de 45 MWh/año en consumo de gas, reduciendo también la dependencia de fuentes no renovables y la emisión de más de 9 ton CO 2 /año a la atmósfera.
“Nosotros nos enteramos de estos beneficios, incluso mi propia hija en otro edificio ajeno al mío hizo la instalación, y comprobé que efectivamente se ahorraba ese dinero y lo propuse en una reunión”, dice el administrador. “Como sorpresa nadie dijo que no, y todos juntos nos animamos a hacer la obra porque así nos ahorrábamos dinero por hacerlo juntos”. “Es la mejor decisión que hemos tomado, es que, además, no nos entran ni ruidos de la calle y estamos ayudando incluso al medio ambiente. Estamos encantados”, concluye en su valoración Juan José Sánchez en el nombre de la comunidad de vecinos.